Septiembre en Chiapas

Septiembre en Chiapas

lunes, 10 de marzo de 2014

Cuarón y Cuarones

     
 

       **Zoé Robledo

Colaborador Invitado

10 Mar. 14

La justificación común de quien prefiere ver el vaso medio vacío es pensar que todo aquello que pretende ser distinto, trasgresor, único y original; si es ideado por hombres y mujeres de nuestro país, estará condicionado al fracaso o a la irrelevancia. Para ellos no hay nada que los convenza, nada que los invite a aceptar la poderosísima idea de que la realidad es transformable. Se olvidan de los matices de gris; niegan la voluntad individual y su infinita capacidad creativa; desconocen a quienes han superado y trascendido los desafíos y obstáculos que parecían infranqueables y cuando los reconocen es para calificarlos de incidentes aislados o como el resultado de una conspiración de intereses perversos.

El vaso está medio vacío para quienes ven en el éxito de Alfonso Cuarón únicamente la ausencia de un sistema educativo integral ocupado por la cultura y las artes. Desde esa lógica, es en esa ausencia donde reside la razón principal que forzó (nótese el condicionamiento estructural) a Alfonso Cuarón a buscar nuevas oportunidades fuera de México. Ahora, el vaso está medio vacío también para quienes secuestran a Alfonso Cuarón, única y exclusivamente por su nacionalidad mexicana, y lo someten bajo el yugo de la colectividad haciendo querer pasar el reconocimiento a su trabajo y su esfuerzo como si fuera propiedad de la Nación (sea lo que fuere que esto signifique). Ambos enfoques pierden relevancia al oscurecerse dentro de prejuicios que son propios de quienes los emiten. Creo que existe otro enfoque; uno que puede ser más útil que la vorágine de opiniones y comentarios alrededor de la reciente premiación.

Este enfoque no desconoce las deficiencias, los obstáculos y la responsabilidad por omisión por parte de hombres, mujeres, instituciones y gobiernos por el nulo o poco apoyo al desarrollo del cine y de los cineastas mexicanos. Lo que tiene de diferente está en no hacer pasar estas adversidades como lo más relevante dentro de la discusión pública. La de Cuarón es una historia que vale la pena ser contada de manera distinta por lo inspirador que puede resultar.

Alfonso Cuarón es una historia de éxito, de superación a obstáculos estructurales y una prueba fehaciente de que aun frente a condiciones desfavorables siempre hay lugar para la creatividad y la imaginación. Ese es su mérito. Un mexicano que se adueña de su suerte y decide ser un actor (en este caso, un director) relevante, protagónico, en el desarrollo de su arte. El merecido reconocimiento al éxito de Cuarón abre una puerta para la inspiración y la motivación de muchos más. No gana México un premio Óscar en su conjunto, gana el Óscar un mexicano. Un mexicano que con su historia abre el camino a considerar este éxito como una constante para que otros mexicanos ganen también en sus distintas áreas de especialidad, oficios, trabajos, profesiones o artes. Este éxito, sin embargo, no llega sin antes haberse esforzado y dedicado el tiempo y el coraje suficiente para alcanzar una meta así de complicada.

Gravedad es una película mexicana. No por quién la pagó, quién actúa en ella o por dónde se filmó; sino porque es una película de un mexicano, escrita, dirigida, producida y editada por un mexicano. Pero la historia de Cuarón es más que eso. Es la historia de éxito de un individuo que queremos que se repita y se enquiste en nuestras mentes como una regla general para todos lo que estamos convencidos de que la realidad es transformable.

Alfonso Cuarón es la prueba de que la voluntad de un hombre puede trastocar los cimientos mismos de una historia que, al menos en México, constante y repetidamente nos dice que el vaso siempre está medio vacío. Que esta empiece a ser la excepción que se convierta en regla. ¡Viva México, Cuarones!


**El autor es Senador de la República (PRD-Chiapas). Integrante de la Comisión de Radio; Televisión y Cinematografía.


Leer más:http://www.reforma.com/editoriales/nacional/733/1465833/#ixzz2vax8Dg1C

HACIA EL PARLAMENTO CENTROAMERICANO





Zoé Robledo*
04 de marzo de 2014

Las reuniones interparlamentarias, de parlamentos de diferentes países, tiene malas famas desde dos ángulos. Uno, de que son estrategias supranacionales para eliminar  la potestad de los estados nacionales y construir un esquema de poder que borre a las identidades de cada país y sea, además, un poderoso bastión de los nuevos imperialismos.  De otro lado, tienen fama de que no sirven para nada. El error está en la una y la otra apreciación.  La verdad también está en la una y en  la otra.

Ciertamente, en algunos casos, los parlamentos que incluyen a varios países pueden impactar a los estados nacionales y borrar algunos rasgos identitarios de la ciudadanía. Esto es relativamente cierto en el caso del Parlamento Europeo, en donde hay acuerdos muy en serio en torno a las legislaciones locales en diversos temas. Sin embargo, Europa es Europa y en este caso los estados nacionales y las identidades locales dificultaban una integración económica que desde décadas atrás  ha sido inevitable, aun cuando ocasionalmente —como ahora—  pase por tiempos desfavorables.

Cuando se dice que estos encuentros no sirven para nada también es una opinión con certezas y no certezas. A veces es un encuentro simbólico de legisladores que, ocasionalmente, también son legisladores, para decirlo de alguna manera, testimoniales.  El interparlamentarismo es, por eso mismo complicado y de estos eventos CASI siempre no se puede esperar mucho, pero se puede esperar ALGO y sobre ese particular quiero verter algunas consideraciones.

En el caso de América Central, los chiapanecos tenemos muchos puntos en común con diversas gradaciones en cuanto a su importancia y pertinencia. Tenemos un marco geográfico que tiene varias similitudes, así como muy marcadas diferencias. Tenemos un pasado cultural, el Maya-Quiché, que es competitivo en relación con las grandes civilizaciones a lo largo de la historia humana. Somos muy similares y, a la vez, somos muy diferentes.

Pero lo más grave es que nuestras relaciones con América Central están cargadas de desconocimientos y de prejuicios.  La relación es de calificativos que casi siempre son ejercicios de auto-agresión. En América Central suele llamarse “Azteca” o “Chichimeca” a las enfermedades de la peor especie. En México, el tratamiento a los centroamericanos no es algo que pueda llenarnos de orgullo.

Por eso mismo, es necesario buscar un acercamiento más objetivo y con una visión renovada. Debemos poner un “hasta aquí”, a las visiones con el rayado cristal del  estereotipo. Necesitamos acercarnos a América Central y que los centroamericanos se acerquen a nosotros. Necesitamos, como decía el “imperialista” poema náhuatl: “conocernos, porque aquí de plano no vamos a quedarnos”.

Los chiapanecos, durante mucho tiempo, pagamos tributos al Partido de los Confines y a la Nueva España. Tal vez por eso tenemos muchas reticencias. Sin embargo, necesitamos ver que hay al sur del río Suchiate y valorar las potencialidades de una integración regional, en términos económicos y sociales: una integración que vaya más allá de las fronteras. Necesitamos construir un mercado regional y una gran red generadora de satisfactores que puedan transitar hacia otras regiones del planeta. Puede ser y podemos ir tras esa posibilidad.  Necesitamos el compromiso con el futuro, la visión abierta y el talento para encontrar nuevos caminos.
Veamos que no se trate mal a los centroamericanos allá en la Pochota de Tuxtla Gutiérrez. Pero veamos también que no solamente se deben evitar las violaciones, no solamente a los derechos humanos, sino  a los simples principios de la moralidad.  Busquemos evitar que los habitantes del sur mesoamericano sean explotados y ofendidos, no solamente con medidas jurídicas, sino con un mejor desarrollo integral de nuestras economías regionales  y en las complicadas relaciones sociales. Es posible estudiar el trasfondo de la economía y de la sociedad actual en nuestros entornos.  También es necesario conocernos culturalmente mejor en este tiempo de las regiones.

Estas realidades no solamente legitiman la necesidad de un parlamento en América Central. Se necesita pasar de lo simbólico a lo trascendente. Convertir al Parlamento Centroamericano en un espacio para proponer acciones, que empiecen por valorar y revalorar nuestras semejanzas e identidades. Podemos empezar por hacer menos agresivas las relaciones entre las autoridades y los pueblos.

El sur mesoamericano es un conjunto de plumas de la misma ala. Si esas plumas cayeron al mar o a la selva es un incentivo para encontrarlas.  La geografía lo hace posible, la historia lo hace necesario y el futuro lo exige.


* El autor es Senador por Chiapas por el PRD.

miércoles, 12 de febrero de 2014

EL SENADO, LOS LIBROS Y LA LECTURA



Zoé Robledo*

Para hacer más eficiente y ágil, el trabajo legislativo se distribuye en comisiones, esto es válido tanto en la Cámara de Senadores, la de Diputados y en los Congresos Estatales de cada entidad federativa, incluida la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. El objetivo principal, en la mayoría de los casos es organizar las tareas legislativas y dictaminar cada comisión en los temas de su competencia, realizando un trabajo especializado. Digo en su mayoría porque existen comisiones legislativas cuya naturaleza es distinta, ya sea de vinculación, de estudio o de promoción de un tema o un territorio específico. Baste recordar la Comisión de Concordia y Pacificación, bicameral por cierto.

En el caso del Senado de la República las Comisiones Especiales no tienen atribución de dictaminación y en el caso de las Comisiones Ordinarias, hay una que tiene características particulares, cuya naturaleza la hace un tanto cuanto distinta al resto. Esta es la Comisión de Biblioteca y Asuntos Editoriales (CBAE) que tengo el honor de presidir.

Esta Comisión ordinaria, además de la elaboración de dictámenes, informes, opiniones o resoluciones de los asuntos que se le turnan, tiene como tarea fundamental impulsar la publicación de material bibliográfico en materia legislativa y parlamentaria, así como de aquellos temas de interés general pero además, nos hemos propuesto desde el inicio de esta legislatura, ir más a fondo en el tema de los libros y tocar el fondo de este asunto, involucrándonos también en el fomento a la lectura.

Las actividades realizadas por la Comisión de Biblioteca y Asuntos Editoriales a lo largo del último año legislativo requieren de análisis en términos cuantitativos pero también cualitativos. Sus resultados en ambos planos están a la vista:

El año pasado, como paso inicial de esta estrategia, me permití presentar una propuesta para modificación de los objetivos de la CBAE, para convertirla en Comisión de Bibliotecas, Editorial y Fomento a la Lectura, argumentando para ello que es necesario transformar la manera en que, como país y como sociedad nos vinculamos a los libros, y haciendo del fomento a la lectura el objetivo central de esta comisión.
Algunas semanas después presenté una propuesta de modificación a la Ley General para el libro y la lectura a fin de:

Establecer en la ley la definición integral, amplia y contemporánea de los conceptos Fomento a la Lectura y Leer, además de señalar los términos Libro Electrónico, entendido como aquel que se descarga y se lee en cualquier dispositivo y el Libro Virtual, entendido como cualquier material bibliográfico consultado en línea y vinculado a bases electrónicas remotas.

Garantizar que en cada municipio o delegación del país exista al menos una biblioteca o centro de fomento a la lectura dotado de materiales suficientes en todas sus modalidades y con personal profesional capacitado en materia no necesariamente de libros pero sí de fomento a la lectura.

Y por último generar un reordenamiento de los conceptos, revalorizando la importancia del fomento a la lectura-hábito en todas sus modalidades, como ejercicio que redunda en un mayor consumo de libros entre los mexicanos.

Adicionalmente, como lo comenté en una columna anterior, la CBAE publicó una decena de materiales que a continuación enlisto:

En coedición con la editorial Miguel Ángel Porrúa, se publicó el libro de don Ignacio López Rayón, titulado Elementos de la Constitución, que es uno de los primeros referentes en la historia constitucional de nuestro país. Se considera un libro fundacional para la evolución de la Carta Magna Mexicana.
Con Editorial Taurus publicamos una edición facsimilar de enorme importancia, la primera edición en español, traducida directamente de uno de los primeros ejemplares originales que se encuentra en el Museo Nacional de Florencia, misma que viene acompañada por ensayos introductorios de la autoría del Senador Raúl Cervantes, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, del Dr. Jorge Islas, académico de la Facultad de Derecho de la UNAM y, así como de los doctores Maurizio Viroli, académico italiano, especialista en la biografía del canciller florentino y autor del exitoso libro “La sonrisa de Maquiavelo”, además del Doctor Giovanni Sartori, uno de los teóricos de la ciencia política más importantes del Siglo XX.

En coedición con la Universidad Autónoma de Chiapas y el CONECULTA Chiapas se publicó la Biografía del Dr. Belisario Domínguez, de don  Ángel María Corzo, un texto decisivo para conocer la historia del prócer chiapaneco, ya que el maestro Corzo tuvo contacto con algunos testigos directos de la vida del Doctor Domínguez.
Otras coediciones fueron con el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, la Introducción al derecho parlamentario estatal, de Efrén Chávez Hernández. Actus, sertas, census. Datos para la plateación estratégica, de varios autores, bajo la coordinación de Luis E. Woldenberg Karakovsky, un material elaborado en coordinación con NODO. Investigaciones Estratégicas.  Se hizo la edición de Desarrollo regional. Dunas costeras y humedales, coordinado por Francisco Alcocer y Marta Moctezuma, de la organización ambientalista “Los Cabos Coastkeeper, A.C.”.

De la misma manera, se publicó el libro de Julián Hernández Abacuc, cuyo título es El Senado de la República y la desaparición de poderes en el régimen de Lázaro Cárdenas, en coedición con Plaza y Valdes; este texto inédito es el resultado de una investigación a fondo sobre un tema que no ha sido examinado en el escenario académico o político. Ética para servidores públicos, de Oscar Diego Bautista. El desplazamiento interno forzado en México, de Oscar Torres, en coedición con CIESAS, El Colegio de Sonora y CONAPRED.

Derecho parlamentario orgánico, de Ángel Eraña, en coedición con Editorial Porrúa. Memoria del Seminario del Bicentenario de la Constitución de Cádiz, de José María Serna y Daniel Barceló y en coedición con el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Esta es tan solo una parte de la tarea realizada. Los únicos dictámenes pendientes en la CBAE son justamente las propuestas que he realizado y que señalé líneas arriba. Sin embargo al solo contar actualmente con dos integrantes la comisión, me parece impropio dictaminar mis propias iniciativas sin el concurso de por lo menos dos o más senadores adicionales que pertenezcan a ésta.
Por fortuna la transparencia se está ampliando en nuestras instituciones públicas, incluido el Senado de la República, por lo que los reportes, actividades e informes de las distintas comisiones legislativas son públicos para quien quiera consultarlos y contar con información de primera mano.


* El autor es Senador por Chiapas y Presidente de la Comisión de Biblioteca y Asuntos Editoriales.