Septiembre en Chiapas

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sábado, 1 de octubre de 2011

Mensaje del Diputado Zoé Robledo en Sesión Solemne donde el nombre del Profr. Édgar Robledo Santiago fue inscrito en letras doradas


Honorable Asamblea
Señor Gobernador, Juan Sabines Guerrero,
Don Juan Gabriel Coutiño Gomez, Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado
Señoras y señores:
Para esta legislatura, es un honor continuar el proceso de inserción en Honor de este Honorable Congreso del Estado Libre y Soberano de Chiapas. Nuestra Casa Republicana.
El espacio en donde se encuentran, en donde se deben encontrar, los pensamientos distintos y trascendentes. El lugar en donde la libertad se convierte en causas y razones. Aquí, los muros del recinto registran visiones y sentimientos diferentes, pero que siempre coinciden en una propuesta común: un Chiapas mejor para todos, el Chiapas del Siglo XXI.
Es igualmente honroso, recibir a los titulares de los Poderes Ejecutivo y Judicial en esta sesión solemne, muestra de la cooperación y fraternidad democrática que vivimos en nuestro Estado.
Señor gobernador Juan Sabines Guerrero, sea usted bienvenido
Señor Magistrado presidente, muchas gracias por su presencia
Es un honroso deber  para nuestra generación, reconocer a los  hombres y mujeres que vivieron en Chiapas o para Chiapas. Se hace así un homenaje republicano a quienes han aportado a esta tierra fecunda y pródiga en personajes distinguidos en los diversos planos de la vida humana. Al hacer este homenaje, se refrenda el reconocimiento que existe y tiene vida propia en la memoria de los chiapanecos. El siglo XX y el siglo XXI son también historia. Y estos personajes son protagonistas contemporáneos de la evolución chiapaneca. Son referentes de talento, congruencia y compromiso.
Representan también el esfuerzo que miles de mujeres y hombres han hecho y hacen en la vida cotidiana. Al inscribir los nombres en los muros, queremos que permanezca el ejemplo, la inspiración y el recuerdo.
Hoy, se inscribe en este recinto el nombre del profesor Édgar Robledo Santiago. El nombre de un educador que dejó la mayor parte de su vida entre los chiapanecos que más lo requerían.  Se registra el nombre de un profesor, que convirtió la didáctica, aprendida en los modestos espacios educativos de la Sierra, en un instrumento de justicia y esperanza.
Este Honorable Congreso del Estado, por el acuerdo plural de sus integrantes, reconoce al maestro que acompañó a varias generaciones de chiapanecos en sus salones de clase y en su vida comunitaria.  Le rinde homenaje al maestro que construyó, con su experiencia diaria, un esquema de pedagogía para los pueblos olvidados.
Seguramente don Édgar Robledo Santiago no pensó nunca en los muros del homenaje. Seguramente estuvo ocupado pensando en llevar el alfabeto a las niñas y niños marginados del progreso. Seguramente estuvo pensando en cómo convencer a más chiapanecos de que la escuela es el refugio más completo para la liberad y las perspectivas de la dignidad humana.
Su vida al servicio de muchas vidas, no se entiende sin un triple acto de fe: cumplir, hasta las últimas consecuencias, con los ideales que institucionalizaron a la Revolución Mexicana, los que le dieron sentido a la lucha armada, identidad a la sociedad y futuro a la nación: la escuela rural, el sindicalismo y la seguridad social. De esta trilogía republicana fue protagonista incansable e inspiración permanente.
Señor Gobernador. Magistrado Presidente. Compañeros Legisladores. Familiares y amigos del Profesor Édgar Robledo.
La herencia del profesor Robledo no es de una familia ni de una persona o de un gremio o grupo en particular.  Es un legado que vivirá mientras haya un maestro chiapaneco dispuesto a dar el esfuerzo extra. Vivirá mientras haya un joven que transita el camino de la escuela con la esperanza de ser mejor cada vez que se asoma por las aulas.  Vivirá mientras haya chiapanecos que piensen que la educación es una responsabilidad de toda la sociedad y no solamente de los maestros o el gobierno.
Al rendir homenaje al profesor Édgar, se reconoce el esfuerzo de los maestros de Chiapas, a los maestros rurales, a los maestros de la Sierra Madre. Se reconoce  que hay mucho por hacer y que el camino es largo y complicado, pero también se reconoce que, hoy, en Chiapas, ya sabemos cuál es el rumbo y el sentido. En el Chiapas del Siglo XXI educar, como lo sentía el viejo maestro rural, es liberar, es crear, es construir, es creer.
Queda el nombre del Profesor Édgar Robledo Santiago en los muros. Queda el recuerdo en la memoria y el ejemplo para toda la gente buena de Chiapas. Viva ahí para siempre, Profe Édgar, su lección ha sido aprendida.
Muchas gracias.

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