Septiembre en Chiapas

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lunes, 23 de enero de 2012

Mitt Romney Precandidato Republicano: Moderado y Competitivo







No tiene el carisma para la política actual, pero si gana las primarias puede convertirse en un serio competidor de Obama.

Zoé Robledo

Un hombre compite por la Presidencia de Estados Unidos. Es un mormón. Cree fervientemente que en 1823 un ángel llamado Moroni trajo a la Tierra unas tablas de oro, escritas en "egipcio reformado", en las que se narra que una tribu perdida de Israel cruzó el Atlántico 600 años antes de la era cristiana, habitó en América y tuvo contacto con Jesucristo, que vino a predicar después de su resurrección. Se llama Joseph Smith, fundador de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días. Es 1844, y Smith aprovecha su liderazgo religioso y se postula a la Presidencia. Acusado de autocrático y polígamo, fue encarcelado en Illinois y linchado por una turba el 27 de junio de ese año.

Hoy, otro mormón está cerca de la Casa Blanca. Se llama Mitt Romney y es el político que podría lograr una hazaña histórica: que un candidato republicano venza a un presidente demócrata en su intento por reelegirse. Se trata del resultado electoral menos frecuente; en 56 elecciones sólo ha ocurrido en dos ocasiones. La primera en 1888 y la segunda en 1980, cuando el presidente Jimmy Carter recibió la peor paliza de la historia electoral de Estados Unidos y se configuró la llegada al poder de Ronald Reagan.

¿Puede repetirse esa historia? ¿Es Romney lo suficientemente competitivo frente al presidente Barack Obama? ¿Es el nuevo Reagan?

Hijo de políticos, su padre George Romney fue gobernador de Michigan entre 1963 y 1969, y su madre, Leonore, fue candidata al Senado por ese mismo estado en 1970. De su familia también heredó la vena empresarial: George Romney fue director de la American Motors Corporation. De ganar la nominación republicana, se convertiría en el candidato más acaudalado de alguno de los dos partidos grandes. Y eso es mucho decir para una lista en la que han figurado los apellidos Kennedy y Bush.
Nació en Detroit en marzo de 1947. Estudió leyes y negocios en Harvard. En 1994 fue rival de Ted Kennedy por el escaño del Senado por Massachusetts. Romney perdió por un amplio margen. Se concentró en sus negocios. Fundó Bain Capital. En 2002 "rescató" los Juegos Olímpicos de Invierno de Salk Lake City que estaban condenados a convertirse en una debacle financiera. Con esa fama de buen administrador, accedió al gobierno de Massachusetts (2003-2007). Aspiró a la candidatura del Partido Republicano en 2008. Perdió frente a John McCain. Pero Mitt Romney es un político precavido. El día siguiente de su retiro de la contienda en 2008, Romney ya tenía los ojos puestos en 2012. Lleva cuatro años de metodológica expansión. Su estructura es lo suficientemente robusta para ganar la primaria y la elección general.

Ésa es la condición más fuerte de Romney frente a sus rivales republicanos: su competitividad frente a Obama en la elección general. Con esa carta ha obtenido una serie de victorias en las elecciones primarias de su partido. En la elección de Iowa, tradicionalmente conservadora, obtuvo una cerrada victoria; pero en New Hampshire -tradicionalmente liberal- obtuvo el 39 por ciento de la votación, seguido de lejos por Ron Paul con 23 por ciento y por Jon Huntsman con 17 por ciento; este último, ex gobernador de Utah, se retiró días después para sumarse a la candidatura de Romney como un fuerte prospecto a secretario de Estado en una eventual Presidencia republicana. Romney tiene el momentum para ganar la aduana de Florida (31 de enero), donde el dinero es el que manda. Romney ha invertido una cantidad considerable de recursos en este decisivo estado. Esa victoria podría ser definitiva para otorgarle la candidatura.

Sin embargo, no todo está dicho. Si la fórmula que hace competitivo a Romney entre votantes independientes es su moderación, entre votantes republicanos esto podría significar una debilidad. Y es que, aunque la tendencia ha sido favorecer posiciones extremas para luego optar por el candidato moderado, en esta etapa de la contienda se espera que el candidato republicano suscriba, con vehemencia, una lista de posiciones que, de acuerdo al semanario The Economist (The right Republican, enero 2012) son: "que el aborto debe ser ilegal en todos los casos; que el matrimonio gay debe estar prohibido; que los 12 millones de inmigrantes 'ilegales', incluso aquellos que han vivido en Estados Unidos por décadas, deben volver a sus países de origen; que los 46 millones de personas que carecen de seguro de salud sólo deben culparse a sí mismos; que el calentamiento global es una conspiración; que cualquier forma de control de armas personales es inconstitucional; que cualquier forma de incremento de impuestos debe ser vetada...".

El problema es que Romney no se ha posicionado claramente sobre estos asuntos, lo que pone en duda su conservadurismo. Arma de dos filos, esta situación lo fortalece frente al grueso del electorado, pero preocupa a los que le pueden otorgar la nominación. Para mantener su atributo de competitividad, Romney necesita obtener lo más pronto posible la nominación para ir a donde estará la contienda: contra Obama y en el centro.

¿Presidente o gerente general?

Otro de los atributos de Romney es su capacidad administrativa. Es un hombre que, a diferencia del Presidente y sus rivales republicanos, sabe de negocios. Fundó y dirigió durante 15 años una compañía en Boston llamada Bain Capital. Durante la década de los ochenta y noventa, la empresa tuvo una exitosa operación que consistía en comprar y administrar a empresas con problemas financieros, lo que muchas veces significaba vender sus bienes y hacer recortes masivos de empleados. La juguetería Toys R Us, Dunkin' Donuts, Staples fueron algunas de esas empresas. En su defensa, Romney ha señalado que, en su paso por Bain, aportó en la creación de 100 mil empleos. Aseveración muy difícil de comprobar. La apuesta de Romney es que, si la economía es la mayor preocupación de la población, su experiencia como un exitoso hombre de negocios puede jugar a su favor. Si la pregunta del 2008 fue si Estados Unidos estaba listo para un Presidente negro, la pregunta de 2012 podría ser: ¿debe dejarse todo en manos de un empresario?

Esta oferta podría ser muy atractiva para votantes independientes, lejanos de posiciones ideológicas y que desconfían de los políticos tradicionales. Sin embargo, ante acusaciones de pérdida de empleos por las operaciones de sus compañías, y la reciente revelación de que paga una tasa impositiva menor a la de la media, podría abrirle un frente devastador: que la gran virtud que quiere explotar sea, a la vez, su mayor vulnerabilidad.

A su favor, Romney podría tener que Obama está en un mal momento de su popularidad. La percepción no indica que Obama vaya a perder, pero por primera vez parece que puede perder. Ningún Presidente, desde Roosevelt, ha sido reelecto con una tasa de desempleo tan alta como la de hoy.
Mitt Romney no es un Reagan. Difícilmente podrá construir lazos de empatía emocional con los votantes norteamericanos. Pero las grandes interrogantes son: ¿es eso necesario?, ¿qué está buscando el electorado estadounidense este año? ¿Será la elección de noviembre un referéndum a Obama o la oportunidad de optar por una vía diferente?

Hay muchas razones para dudar que Romney ganará. Incluso para dudar si sería un buen Presidente. Pero una es inaceptable: su fe. Si el electorado estadounidense no vota por Romney por su pasado empresarial o por su forma de gobernar Massachusetts, son razones entendibles para la democracia más grande del mundo. No así el hecho de que sea miembro de una religión minoritaria, por más polémica que ésta sea. La religión no será su principal problema. Hay quienes calculan que hacer de la religión de Romney un tema de campaña sería políticamente incorrecto. Ya ha ocurrido en otras ocasiones. Como en 1960, cuando otro candidato de Massachusetts explicó que era un estadounidense compitiendo por la Presidencia, no un católico compitiendo por la Presidencia. Se llamaba John F. Kennedy.



Twitter: @zoerobledo

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