Protagonistas y analistas de la
historia política que Enfoque ha registrado en 19 años y ocho meses (mil
ediciones) revisan acontecimientos que vivieron en carne propia o que
debatieron en estas páginas, y valoran el impacto que tuvieron en la evolución
de nuestra cultura política.
1993 Del pacto de Salinas al de
Peña Nieto
Es sorprendente y amonestador que, casi 20 años después, el tema
del pacto político por elecciones civilizadas, legales y libres siga siendo un
tema. Basta ver el pleito que se traen PAN, PRD y PRI en este mes electoral,
con causas reales e inventadas y, más terriblemente, los asesinatos de
candidatos y coordinadores de campaña.
Al inicio del sexenio, los partidos suscribieron un pacto de 95
reformas de leyes, instituciones y políticas con el propósito de que la
democracia muestre capacidad de gobernar el país después de años improductivos.
Ahora proponen un acuerdo para realizar una nueva reforma electoral. Tienen
razón, el proceso electoral mexicano, con las normas, instituciones, prácticas,
infracciones y delitos que lo marcan, suscita sospechas y conflictos que
erosionan la legitimidad política de las autoridades elegidas. La elección de
los gobernantes sigue siendo el caballo de batalla de una transición
democrática interminable por el oportunismo, la transgresión y ahora la
delincuencia.
Muchos respaldamos los pactos políticos, tanto los electorales
como los de gobernanza, porque la rivalidad política como principio es algo
torpe, fastidioso e improductivo, que hace perder la confianza en las
capacidades directivas del gobierno democrático. En cambio, los acuerdos
políticos entre partidos rivales sobre la agenda del gobierno y sus prioridades
son condición básica para que el gobierno democrático llegue a ser gobierno,
una agencia relevante de dirección social. Otro políticos y analistas
cuestionan el pacto y lo consideran un juego estratégico a conveniencia de los
dirigentes dominantes (el PRI, los gobernadores locales, los grupos
económicos...), que subordina a las oposiciones, las desfigura y les hace
perder significado. Sin comentario.
Conviene recordar que el pacto político está en el origen del
Estado moderno, que existe por un contrato social, por un pacto. Recordar
también que las democracias exitosas son las que se basan en pactos entre los
partidos y los grupos sociales fundamentales, desde el "Nuevo Pacto"
roosveltiano en la Depresión hasta los pactos de las transiciones democráticas
y los de los Estados sociales ejemplares, que por ser capaces de integrar
capital y trabajo, tradición y modernidad, han manejado la crisis financiera
global del 2008 sin haber padecido crisis fiscales y de legitimidad. En cambio,
los Estados revolucionarios, que no se sustentan en un pacto social sino en la
imposición política de una vanguardia, se han colapsado todos y no representan
ningún ideal político.
Luis F. Aguilar
Politólogo.
1994
Chiapas: David contra Goliat
¿Cómo fue posible que una fuerza militar tan pequeña como el EZLN
ocupara los grandes espacios de la comunicación global y pusiera en jaque al
régimen político La razón principal fue que logró posicionarse como el
representante de los excluidos, de los indios, de los más pobres, cuya
presencia puso en duda la imagen de un México exitoso, modelo de reformas
liberales, cuyas expectativas se habían alimentado desmesuradamente. Puso en
entredicho la imagen del México exitoso. Fue David contra Goliat: un movimiento
comunitario indígena que se atrevía a jugarse la vida enfrentando militarmente
al Estado y se burlaba de la globalización. El momento fue decisivo: sucesión
presidencial de 1994 y entrada en vigor del TLC.
Desde su posición de víctimas sociales, el EZLN pudo abanderar la
causa de la exclusión indígena y confrontar la antidemocracia del sistema
político. El levantamiento provocó reacciones en cadena que articularon la
inconformidad y la movilización; así pusieron en riesgo al régimen.
El levantamiento atrajo los reflectores nacionales y mundiales por
la autenticidad de quienes estaban dispuestos a morirse por una convicción. La
comunicación global y la acción de las ONG de derechos humanos impusieron
costos elevadísimos a la represión. Por la presión mediática, impactó al
Congreso y gobierno norteamericanos. Generó preocupación en los mercados
financieros. En horas se pasó del festín a la incertidumbre.
Manuel Camacho Solís Ex
comisionado para la Paz en Chiapas.
Aquel 'annus horribilis'
El asesinato de Luis Donaldo Colosio fue el epicentro del año
telúrico de 1994. Ese año nos despertamos con el levantamiento neozapatista y
nos fuimos a dormir con la devastadora crisis económica detonada por "el
error de diciembre", y, en el camino, nos cimbraron el asesinato de Ruiz
Massieu y, sobre todo, el de Colosio. Huelga explicar que lo de Donaldo fue
para mí una experiencia terrible. El golpe anímico, las presiones políticas,
las insidias mediáticas, todo conspiró contra quienes denunciábamos una
conspiración. Por haber convocado a una reunión de diputados colosistas fui
acusado de desestabilizador e irresponsable, y varios "calumnistas"
difundieron la consigna contra mí y contra quienes motejaron canallescamente
como "viudas de Colosio". Pero eso fue lo de menos. Luego vino el
gobierno resentido de un hombre cuya máxima virtud es la buena suerte, Ernesto
Zedillo, quien procesó la pérdida mediante la apuesta por el olvido. No creo
exagerar si digo que fue entonces cuando se nos fue de las manos la esperanza
de culminar la transición democrática no la alternancia y cuando se incubó el
huevo de la serpiente de la violencia. La corrupción en México venía de muy
lejos, pero a partir de aquel annus horribilis empezó a imbricarse con la
imposición violenta de la perversión y el envilecimiento de nuestro tejido
social.
Agustín Basave Ex
diputado federal del PRI.
El primer debate
El primer debate de candidatos presidenciales que tuvo lugar en
México a través de los medios de comunicación se distinguió por la franqueza y
la claridad con la que se habló; cada quien dijo lo que quiso y proyectó la
imagen que pudo proyectar. Se habló con dureza, pero con respeto, no hubo
ordinariez ni vulgaridad. PRI, PAN y PRD cuidaron que el formato, si bien
rígido, no fuera ventajoso para nadie.
El debate influyó considerablemente para que Acción Nacional
pasara de 3 millones de votos en 88, con Maquío, a 10 millones de votos en
1994, a pesar de las circunstancias oficialistas que se vivían en aquellos
tiempos.
¿Por qué no fue posible que el debate finalmente decidiera el
resultado de la elección Hay que buscar una entrevista que se le hizo a
Salinas, cuando dijo que una de las desgracias que se vivieron en 94, además
del levantamiento zapatista y el asesinato de Colosio, fue el debate, y él
mismo manifiesta que tuvo que hacer una reorganización del PRI, ponerle un
cuerpo especial de asesores y arreglar lo que se refería a los medios de
comunicación. Por ahí se puede encontrar la punta de la hebra que lleva al
resultado final de esa elección. Todo México sabe que las elecciones en aquel
tiempo tenían otras reglas, otras autoridades electorales y otro pueblo, porque
hoy el ciudadano toma mayor participación e interés en la vida pública. En
aquel tiempo teníamos que mover de manera diferente las almas de los
ciudadanos, pero esa elección ayudó a remontar algunas ideas que se superaron,
para que en el sexenio siguiente viniera la alternancia.
Diego Fernández de
Cevallos Ex candidato presidencial del PAN.
1994 y Alianza Cívica
1994 no se olvida. Se rebelaron los zapatistas, dos asesinatos
políticos cimbraron al sistema, la economía se desfondó y, finalmente, la sociedad
exigió de manera pacífica y organizada respeto por el voto.
Diversos organismos civiles tenían años exigiendo elecciones
confiables para acelerar la alternancia; creíamos que un cambio de partido
traería gobiernos de calidad. Se popularizó la observación de los comicios y en
1994 Alianza Cívica movilizó a más de 30 mil ciudadanos que hicieron un
diagnóstico integral de la elección presidencial. Nunca antes se había hecho un
ejercicio tan ambicioso y profesional. Se señalaron avances y carencias y se demostró
que hubo unos comicios limpios y modernos y otros mugrosos e inequitativos. La
tesis caló y fue aceptada por la mayoría del Consejo General del Instituto
Federal Electoral ciudadanizado y por el ganador de aquella elección, Ernesto
Zedillo. Después del 94 se desgranaron los cambios: en el 96 reforma política;
en el 97 la izquierda gana la capital; en el 2000 el PRI entrega Los Pinos y se
desencadenó la euforia porque había llegado ¡el cuerno de la abundancia
democrática!
Las elecciones del 2013 nos regresan a 1994: una parte de las
elecciones es limpia, otra plagada de mañas e irregularidades. El cambio está
en la actitud ciudadana; en el 2013 hay grandes dudas sobre la calidad y la
utilidad de los comicios. 20 años después observo la bancarrota ética de los
partidos y me pregunto: ¿sirve de algo votar
Sergio Aguayo
Investigador de El Colegio de México.
1995
Error de diciembre y crisis del
95
No hubo error de diciembre que fuera responsable de la devaluación
de diciembre de 1994, pues esa devaluación era inevitable. Lo que sí hubo fue
falta de preparación del nuevo Presidente, Ernesto Zedillo, para administrar
esa devaluación mucho mejor de lo que lo hizo.
Las consecuencias en la política son dos principalmente: una es el
desprestigio que sufrió gran parte del programa económico de Salinas, pero en
especial las privatizaciones, una vez que fue exhibida la gran corrupción tras
la detención de Raúl Salinas. Esa consecuencia está vigente y es la principal
razón por la que las privatizaciones en México no son populares. Zedillo tuvo
la oportunidad de limpiar el nombre de las reformas, llevando hasta sus últimas
consecuencias el proceso contra su antecesor, pero no lo hizo y desde entonces
esas reformas quedaron manchadas y han sido imposibles de profundizar.
La segunda fue que la carga sobre las finanzas públicas del
Fobaproa causó una sangría permanente de recursos presupuestales que restó
capacidad de inversión al sector público, causando lo que hoy sabemos:
insuficiente infraestructura, deterioro de muchos servicios públicos e
insuficiente inversión en el sector energético. Este problema hoy lo seguimos
arrastrando.
Rogelio Ramírez de la O.
Director de Ecanal,
empresa de análisis económico.
1996
Reforma axial
Viene a mi memoria lo accidentando de la reforma electoral de
1996, anunciada el día de la toma de posesión del presidente Ernesto Zedillo
(1994) y culminada casi dos años más tarde.
Fue aquella una reforma axial: otorgó autonomía plena al IFE;
convirtió al Tribunal Electoral en un organismo especializado del Poder
Judicial Federal, con plenitud de jurisdicción sobre la totalidad de los
procesos comiciales, e implantó un generoso sistema de financiamiento público a
los partidos políticos y las campañas electorales. Esto último provocó,
paradójicamente, que los legisladores del PAN y PRD votaran en contra de las
reformas al Cofipe.
Quienes en 1996 participamos en la construcción de las normas
electorales nos beneficiamos en mucho de la experiencia de la reforma previa
(1994) y del balance que de ella entregaron el doctor Jorge Carpizo y los seis
consejeros ciudadanos electos en aquel año.
Jorge Alcocer V.Director
de la revista Voz y Voto.
1997
Un día épico para la democracia
Por una decisión política fundamental de la mayoría de los
miembros de la Cámara de Diputados, ese día 1o. de septiembre de 1997 colapsó
técnicamente el sistema de partido hegemónico, ya que el gobierno perdió el
control sobre uno de los órganos fundamentales del Estado. Fue un día épico que
recuerdo como ningún otro de mi vida pública.
Porfirio Muñoz Ledo
Presidente de la Cámara de Diputados al arranque de la LVII Legislatura.
1998
Chávez: se fue 'el diablo'
"Yo no soy el diablo", me dijo Hugo Chávez durante
nuestra primera entrevista en 1998, cuando todavía jugaba a ser un demócrata.
Muchos le creyeron y votaron por él, y Venezuela nunca volvió a ser la misma
por esa ingenuidad.
Siempre es mejor entrevistar a los duros. No tienen miedo. Dicen
las cosas como son. Hacen noticia. Es interesante verlos y oírlos, aunque no
estés de acuerdo con ellos. Y Hugo Chávez era un duro. Muy duro. Me tocó
entrevistarlo tres veces y, tras nuestras conversaciones, siempre recordaba a
la periodista italiana, Oriana Falacci, quien decía que toda buena entrevista
es una guerra: a veces gana el entrevistador y a veces el entrevistado.
A Chávez no le gustaba perder. Fracasó en su intento de golpe de
Estado en 1992. Pero no paró hasta que, con votos y no con balas, ganó las
elecciones presidenciales el 6 de diciembre de 1998. Un día antes tuvimos
nuestra primera entrevista y, sin ningún empacho, me mintió tres veces. Me dijo
que entregaría el poder en cinco años, que no confiscaría ninguna empresa
privada y que no iba a censurar ni tomar ningún canal de televisión o medio de
prensa. Chávez era un autoritario que se vendió como demócrata, y se radicalizó
después del intento de golpe de Estado en su contra en el 2002. No lo pude
entrevistar más.
Tras su muerte dejó en el poder a un grupito de ineficaces y
corruptos funcionarios que, ni juntos, podrán llenar los zapatos, el carisma y
la energía del fiero y autoritario comandante. Hoy su pobre discurso le plantea
a los venezolanos un absurdo: patria o papel higiénico. Chávez, al menos, tenía
más visión, más imaginación y, definitivamente, cantaba mejor las rancheras.
Nunca coincidí con Chávez, pero siempre lo respeté como entrevistado. Los duros
nunca se dejan doblar y Chávez nunca lo hizo conmigo, ni con nadie.
Jorge Ramos Ávalos
Periodista.
1999
La muerte del 'dedazo' en el
PRI
Como una marea se había expandido entre la militancia priista la
demanda de participación directa para elegir al candidato del PRI a la
Presidencia de la República. La primavera de 1999 comenzó con una nueva
dirigencia, cuya encomienda inmediata consistió en realizar 32 asambleas
estatales en el tiempo récord de un mes. En la inmensa mayoría de los estados
los controles políticos de los gobernadores habían sido rebasados,
impidiéndoles cerrar la puerta que se había abierto en la Asamblea de 1996. La
realidad misma se imponía, pues los métodos para postular al candidato
presidencial "hacían agua" ante la sociedad y ante la base del mismo
partido: había que cambiar por mero instinto de sobrevivencia.
Cuatro precandidatos compitieron. Una eficaz campaña de comunicación
social presentó la imagen del nuevo PRI, respaldada por la fuerza de los
hechos. El descomunal esfuerzo de organización que mostró el partido fue
recompensado por la participación de más de 10 millones de personas el domingo
7 de noviembre. Cuando rindió protesta Francisco Labastida el 20 del mismo mes,
las encuestas marcaban una preferencia a su favor superior al 50 por ciento.
Sin embargo, perdimos la Presidencia. El cambio de método fue insuficiente para
enfrentar los vendavales de renovación que recorrían el mundo y a México ese
fin de siglo y de milenio.
Dulce María Sauri Ex
presidenta nacional del PRI.
2000
Las elecciones de la
alternancia
La noche del 2 de julio del 2000 el país se enteró de que el
presidente de la República sería Vicente Fox, candidato postulado por el PAN y
el PVEM. Esa misma noche se perfilaba ya un Congreso en el cual ningún partido
tendría la mayoría absoluta de los asientos. El PAN ganaba las gubernaturas de
Morelos, por primera vez, y la de Guanajuato, por tercera ocasión. El PRD, con
Andrés Manuel López Obrador, por segunda vez la capital del país. Y el PRI
retenía Campeche, Colima y San Luis.
La jornada había transcurrido con calma y alta concurrencia. Las
casillas se instalaron, fueron operadas por ciudadanos que generosamente
atendieron el llamado del IFE, se realizaron los cómputos y los resultados
empezaron a fluir. La reacción de los contendientes fue ejemplar. Corroboramos
algo que todos deberíamos saber: las elecciones son el único medio que ha
inventado la humanidad para que la diversidad de opciones políticas puedan
contender por los cargos de gobierno y legislativos de manera pacífica,
ordenada y participativa, y que la diversidad política equilibrada que habita
el país gana y pierde en las distintas regiones porque los humores públicos son
cambiantes y diferenciados.
No fue un rayo en cielo calmo. Menos un acto de magia. Sino el
producto de un largo y tortuoso proceso, acicateado por conflictos recurrentes,
que en su despliegue modificó y creó normas e instituciones para permitir que
la pluralidad política que cruza el país pudiera convivir y competir de manera
institucional y pacífica. Fue una historia venturosa. Digna de ser contada y
asimilada.
José Woldenberg Ex
presidente del consejo general del IFE.
2001
La caravana de la ilusión
El 24 de febrero de 2001, el EZLN emprendió su marcha a la Ciudad
de México, bautizada como Zapatour. El presidente Fox, que había prometido
arreglar el problema de Chiapas en 15 minutos, les dio la bienvenida y la gente
les arrojó flores en 12 estados de la República.
La demanda del Zapatour era el cumplimiento de los Acuerdos de San
Andrés, firmados en 1996 ante el gobierno de Zedillo, pero que no se
convirtieron en ley. La aventura del contrato social abandonaba los libros de
Rousseau y Locke para avanzar por nuestras carreteras.
La algarabía popular acompañó la caravana hasta el Zócalo, donde
Marcos cautivó con su mezcla de poesía, sentimentalismo, mitología y épica. Sin
ser indígena, su personaje político le permitía decir: "somos los del
color de la tierra". Su golpe maestro, sin embargo, fue ausentarse en el
Congreso. En vez de él, habló la comandante Esther. Una mujer pidió a los
diputados hacer leyes para que los indios entraran a la casa de la palabra.
Esa voz sigue esperando una respuesta.
Juan Villoro Escritor.
La coPresidencia corruptora
Uno de los errores más grandes de Vicente Fox fue la decisión de
casarse con Marta Sahagún y permitir que, como su esposa, interviniera en áreas
cruciales del gobierno. Ella fue, y hoy sigue siendo, la vulnerabilidad
histórica de Fox, similar a la que muchos presidentes y muchos líderes han
padecido. Una debilidad por alguien. Una mirada ciega ante algo. Un sentimiento
que los obnibula y termina por sabotearlos. José López Portillo cerró los ojos
frente al orgullo de su nepotismo; Miguel de la Madrid cerró los ojos frente a
Emilio Gamboa; Carlos Salinas de Gortari le guiñó a su hermano Raúl. Vicente
Fox emuló a sus predecesores y cayó en la misma trampa que ellos tendieron para
sí. Marta Sahagún se convirtió en la debilidad de su esposo y razón irrefutable
de su fracaso. Marta Sahagún fue consorte y calvario, mano derecha y talón de
Aquiles, fuente de popularidad y motivo de ingobernabilidad.
La historia juzgará con severidad a la señora Sahagún y tendrá
razón en hacerlo. Marta Sahagún generó la impresión de que tenía a Vicente Fox
cogido de una oreja. Parecía que ella mandaba y él obedecía, ella le susurraba
al oído por las noches y él seguía su consejo durante el día, ella tomaba
decisiones y él las llevaba a cabo. Al compartir de manera deliberada el poder
de su esposo, ella contribuyó a su gradual debilitamiento.
Fox pasó tanto tiempo escuchando a Marta que le faltó tiempo para
escuchar a los mexicanos. Fox pasó tanto tiempo defendiendo a su esposa que le
faltó tiempo para promover su agenda. Marta abrió flancos, distrajo, chupó el
aire que el cambio necesitaba para prosperar.
Denise Dresser
Politóloga.
2002
San Juan Diego
La canonización de Juan Diego fue un signo muy positivo, sobre todo
porque había hecho incursión en la historia el mundo indígena mexicano por
medio del EZLN. En ese contexto, que vivíamos desde 1994 hasta comenzando el
mandato de Fox, es evidente que tenía un valor para nosotros.
El que se haya querido manipular políticamente para nada deslució
el hecho de que un indígena se haya puesto en los altares y que eso se supiera
en el mundo entero.
Raúl Vera López Obispo
de la Diócesis de Saltillo.
La batalla por el IFAI
La agenda del derecho a la información irrumpió con fuerza
inesperada en la coyuntura de la alternancia del 2000. A tal punto que, menos
de un año después de haberse suscitado un debate intenso, el Congreso ya había
aprobado la ley federal en la materia. El impulso inicial y la movilización de
opinión pública no provinieron del gobierno ni de los partidos, sino del Grupo
Oaxaca, integrado por académicos, periodistas y medios. Vicente Fox se montó en
el proceso y, luego, inmerecidamente se adjudicó el mérito de la creación de la
ley. A 10 años de su creación, ya es evidente la estrecha relación entre el
desarrollo de las instituciones, las leyes y las prácticas sociales que han
propiciado el proceso de apertura del poder con la rendición de cuentas, el
ejercicio de las libertades y los derechos fundamentales. Se trata de un tema
que incidirá en la agenda de la sociedad y del poder en el próximo cuarto de
siglo.
Juan Francisco Escobedo
Delgado Ex integrante del Grupo Oaxaca.
2003
El Presidente en campaña
En cualquier democracia madura, particularmente en los sistemas
parlamentarios, el activismo del jefe del gobierno en favor de su partido
durante las campañas electorales es práctica común y corriente. Nadie la
cuestiona porque es una expresión de su liderazgo político. En el modelo
presidencial, donde se juntan la jefatura de Estado y de gobierno, su
participación se cuestiona en proporción inversa a la calidad democrática del
régimen. En las elecciones intermedias del 2003, las primeras de la alternancia
mexicana, la discusión demostró cuán inmadura estaba todavía nuestra transición
democrática, anclada mental y culturalmente en el presidencialismo. Exhibió la
dependencia, a favor o en contra, de amplios sectores de la clase política de
la figura del Presidente como factótum en los resultados electorales. En esa
ocasión se desperdició la oportunidad para que la cultura política mexicana
diera un salto y confiara más en la sociedad y en la libertad de los electores.
Hace 10 años exploramos las nuevas dimensiones que se abrían en la
política tras el derrocamiento del presidencialismo autoritario. Uno de ellos
era la desmitificación de la Presidencia con el correlativo respeto a los
derechos políticos del titular del Ejecutivo. No se superó, se atascó, porque
en el debate se impuso la vieja cultura. "El Presidente es casi Dios pero
es un paria en materia electoral". Ahora, lejos de avanzar y madurar,
vamos en retroceso: la restauración del viejo sistema genera una perspectiva
peligrosa: la simulación de imparcialidad.
Luis Felipe Bravo Mena
Ex presidente nacional del PAN.
2004
AMLO: Proyecto Alternativo de
Nación
No pienso que aquel documento fuese un "plan fijo". Se
trataba más bien de un conjunto de lineamientos de política con una muy buena
exposición de motivos. Algunos se apresuraron a descalificarlo apelando a una
supuesta inviabilidad que luego, durante la campaña, se volvió una especie de
deporte nacional descalificatorio de las posturas de AMLO. Esta práctica, que
linda en el irracionalismo, desembocó en el slogan de que López Obrador era un
peligro para México y, luego del grave conflicto post electoral, en la
imposición de un Presidencia que no se sintió obligada a razonar y fundamentar
sus acciones o a someterlas al más elemental ejercicio deliberativo en las
Cámaras y la opinión pública... y así nos fue, en la vida cotidiana y
colectiva, en la economía y en una política que no acierta a definir los ejes
de su acción y perspectiva.
Sin necesidad de magnificar aquel gesto de arriesgar de entrada su
convocatoria con una toma de posición programática, es claro que la ruta por él
propuesta para dar cauce al litigio en torno a la sucesión presidencial fue
ejemplar, a la vez que desaprovechada. Recuperar la bondad del programa y del
discurso razonado es crucial. Sólo en los extremos de la tontería dogmática
librecambista o liberista puede sostenerse que las propuestas formales y
argumentadas son innecesarias o superfluas. Lo que se ha mostrado nefasto es su
contrario: gobernar por ocurrencia, como Fox, o por capricho, rabieta o
despecho, como su sucesor. En una época en que hace falta brújula, pues las
cartas de navegación parecen haber periclitado ahogadas por una crisis global
sin fecha de caducidad. Por esto y más, el ejercicio comprometido de López
Obrador mantiene su valor y pertinencia política y cultural. Debería ser punto
de partida para las nuevas convocatorias a la renovación de la política y la
democracia misma. Que vaya que lo requieren.
Rolando Cordera Campos
Economista y profesor emérito de la UNAM.
2005
El desafuero a AMLO
En el partido de la derecha fue determinante su "mano
izquierda" para alcanzar la victoria. Adolescente, en su casa de Morelia
conoció los escritos de Manuel Gómez Morin, pero leyó a Emilio Salgari. Estudió
derecho, pero no perdió de vista la economía. Disfrutó las corundas
michoacanas, pero no quitó el ojo de Davos. Se inspiró en los corridos de la
epopeya cristera, pero no fue devoto de la Iglesia. Sabía hacer engrudo para
pegar propaganda, y además, introdujo las primeras encuestas a su partido.
Cantaba con los jóvenes trova cubana, pero trataba con los más conservadores
del partido. Escaló por el Poder Legislativo la cumbre del Poder Ejecutivo. Era
técnico y rudo. Su padre y su maestro se convirtieron en apoyo y conciencia
ausentes, Luis Calderón y Carlos Castillo Peraza. Reformó con astucia los
estatutos del partido para compensar sus desventajas. Recorrió cientos de veces
el país con la convicción y la certeza de que la silla presidencial era suya.
Enfrentó a Fox. Noqueó al PRI y, finalmente, su tozudez venció a la de López
Obrador.
En una palabra, apostó por sí mismo y ganó. Tenía tatuado en su
ánimo el Palacio Nacional. No confió en nadie. Ningún panista tuvo tanta fe en
sí mismo. Esta portada es del día del triunfo en el PAN. Faltaba la contienda
externa que también ganó, con la misma "mano izquierda".
Germán Martínez Ex
representante del PAN ante el IFE.
Calderón da el 'campanazo'
En 2004 se preveía que el siguiente encuentro de México con las
urnas podría completar el ciclo de la transición a la democracia iniciada en el
2000: transferir pacíficamente la presidencia del partido de Estado (PRI) a la
derecha democrática (PAN) y luego a la izquierda electoral (PRD). Sin embargo,
la decisión de Vicente Fox apoyada por el PAN y el PRI de retirar en 2005 el
fuero al único candidato viable de la izquierda al entonces jefe de gobierno de
la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador para juzgarle por no haber
cumplido a tiempo la suspensión de abrir una calle para facilitar el ingreso a
un hospital, tenía como objetivo impedir su registro como candidato
presidencial. La maniobra mostró los cortos alcances del cambio democrático: la
gran derecha podía tolerar la alternancia PRIPAN pero no el ingreso del PRD de
López Obrador a "Los Pinos". Al desafuero lo echó abajo una
movilización, pero el veto siguió y se hizo efectivo en una elección que no
convenció. Las consecuencias de ese pasmo del proceso democrático ha sido una
regresión cuyos efectos aún no concluyen.
Lorenzo Meyer
Historiador.
2006
Una elección complicada
La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca fue un movimiento
popular, principalmente urbano, surgido luego del violento desalojo del plantón
de maestros de la Sección 22. Corría el año 2006 y faltaba sólo un mes para la
elección presidencial. Al grito de "¡ya cayó, ya cayó, Ulises ya
cayó!", la APPO un auténtico enjambre de organizaciones de diversas
tendencias mostró lo mejor y lo peor de Oaxaca. Sin un liderazgo único y
estructurada bajo la lógica del asambleísmo, la APPO fue sinónimo del hartazgo
de un sistema político autoritario y corrupto, capitaneado por políticos
irresponsables como el entonces gobernador Ulises Ruiz que han mantenido al
Estado en los últimos lugares del desarrollo humano. La APPO también mostró la
enorme capacidad organizativa de los oaxaqueños, la solidaridad y la
creatividad de sus ciudadanos. Los corridos de las barricadas, los programas
Radio Cacerola y Radio Plantón difundieron mensajes en los que había mucha
denuncia y poco proyecto político. Seis meses de ciudad sitiada no fueron
suficientes. Las brigadas de la muerte patrullando en la oscuridad de la noche,
la intolerancia de sus propios integrantes en la toma de decisiones y los
asesinatos, como el de Brad Will, extinguieron la batalla. La paradoja del
chapulín, muy citada en Oaxaca, se hizo presente: los frascos de chapulines no
llevan tapa porque el de abajo siempre le jalará las patas al de arriba
evitando que alguno pueda escapar brincando.
Lourdes Morales
Politóloga.
IFE: el agua al cuello
Hace siete años discutíamos el desempeño de los consejeros
electorales. Hoy parece que no aprendimos la lección. Seguimos en lo mismo: la
falta de credibilidad de las instituciones electorales; la Cámara de Diputados
no puede nombrar a un consejero; el IFE dice que AMLO violó topes de campaña y
exonera a Peña Nieto; el Pacto por México, con tufo centralista y cupular,
propone crear una sola institución electoral nacional, obvio repartida en
cuotas partidarias. La democracia mexicana sumida en su laberinto de soledad,
en su dilema de ser o no ser estable y funcional. No necesitamos un IFE cuenta
votos, sino que valide procesos políticos y defienda principios
constitucionales, que sea un verdadero árbitro y no simple espectador. La
democracia norteamericana tuvo en Franklin, Washington, Jefferson, Jay, Madison
y Hamilton a su padres fundadores. Y los nuestros, ¿dónde están Puede sonar
exagerado, o a añoranza, pero ¿dónde quedaron Woldenberg, Granados Chapa,
Merino, Cárdenas, Peschard y Cantú Contar con instituciones de solvencia moral,
prestigio profesional e imparcialidad política se convierte en imperativo para
el funcionamiento de la República. Dar viabilidad a la democracia mexicana pasa
por recobrar el prestigio del IFE.
Horacio Duarte Olivares
Ex representante de la Coalición por el Bien de Todos ante el IFE.
El conflicto de la APPO
Si Andrés Manuel López Obrador hubiera ganado aquella elección
presidencial, la confianza del sistema electoral se habría fortalecido, igual
que ocurre siempre que gana un candidato opositor, en México y el mundo. Pero
ello no habría eliminado el mayor obstáculo para consolidar la democracia
electoral: contar con reglas del juego justas y eficaces que sean acatadas sin
excepción por los partidos y candidatos. El conflicto postelectoral de aquel
año dio lugar a una reforma en 2007 que tuvo algunos aciertos, pero que saturó
al sistema de prohibiciones que sólo han generado más litigios sin resolver
problemas de fondo, como el costo creciente de las campañas y un sistema de
financiamiento paralelo e ilegal.
La elección de 2012 fue también impugnada, aunque por razones
diferentes, y ahora caminamos nuevamente a otra reforma electoral. La ilusión:
que más castigos ahora sí cambien los malos hábitos. Lo realista: no hay ley
perfecta que resista la escasa cultura de la legalidad de partidos y
candidatos. Lo deseable: desregular el sistema y establecer pocas reglas que
ataquen problemas de fondo. La condición necesaria: que haya castigo
"político" para aquellos candidatos y actores que, aceptando las
reglas por incompletas que sean, no acaten los resultados.
Luis Carlos Ugalde Ex
consejero presidente del IFE.
2007
La 'guerra' de Calderón
Montar una guerra es difícil. Desmontarla es más complicado. El
gobierno de Felipe Calderón le declaró la guerra a los cárteles que realizan el
comercio de drogas a fines de 2006. Dos eran los propósitos: el primero era
destruir su poder como grupos armados organizados y el segundo detener el
comercio de drogas hacia Estados Unidos. El primer objetivo se alcanzó a
medias: de los 38 líderes detectados en ese momento, 27 de ellos están
encarcelados, extraditados o murieron "en combate". El segundo
objetivo está intacto y los enervantes siguen entrando y saliendo del país casi
sin obstáculos. La cocaína proveniente de los Andes; la marihuana y heroína
sinaloense; y las metanfetaminas, cuyos precursores provienen de Asia, ingresan
a México y se desparraman por todo el norte para exportarse de forma ilegal a
sus consumidores.
Esta estrategia militarizó al país; aumentaron los homicidios a
casi el triple de los sucedidos en 2006 (de 8 por cada 100 mil habitantes a
24), sumando para el sexenio alrededor de 120 mil; se incrementaron las
violaciones a los derechos humanos y hay una nueva generación de víctimas que
México no veía con anterioridad: civiles inocentes caídos bajo las balas
criminales o gubernamentales y casi 30 mil desaparecidos que nadie logra
identificar. En lo político y territorial, el "gobierno" y sus
fuerzas han perdido el control de numerosos territorios rurales y urbanos,
principalmente en el norte.
¿Cómo desmontar dicha guerra El dilema es que el Estado recupere
los espacios perdidos sin que salgan ganando los narcos, y que estos pierdan la
base social en la que se sostienen. El gobierno de Enrique Peña Nieto plantea
dos ejes de acción para lograr lo anterior: montar un nuevo cuerpo
policiacomilitar, la Gendarmería; e impulsar una ambiciosa política de
prevención y reducción de la violencia empleando el esfuerzo integral del
gobierno en todas sus estructuras, no sólo las policiacas, de inteligencia y
militares. Todos esperamos el éxito de este esfuerzo, de lo contrario, los seis
años de "guerra" habrán sido en balde y las cicatrices serán muy
difíciles de borrar.
Raúl Benítez Manaut
Investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte/UNAM y
presidente del Casede.
La sobreexposición
Luego de poco más de nueve años de combate al narcotráfico (desde
la aplicación del Plan México Seguro), las Fuerzas Armadas han participado de
forma intensa y extensa, como el principal recurso del Estado mexicano para
confrontar y someter a la criminalidad organizada.
Las condiciones jurídicas y presupuestales aunque éstas han
mejorado han puesto en evidencia la demora con la que el Poder Legislativo y
algunas áreas de la administración pública han respondido al compromiso que los
militares han hecho con el país.
Así, la exigencia de una mejor y eficiente cobertura desde el
poder civil aumenta conforme se prolonga, por diversas circunstancias, la capacidad
destructiva del crimen organizado en algunas partes de la República.
Es muy probable que los militares sigan siendo la principal fuerza
y apoyo del Estado para recuperar la paz social. Es momento de atender ese
faltante político y administrativo.
Javier Oliva Posada
Profesor investigador de la FCPyS de la UNAM.
Calderón asalta el PAN
Estas dos portadas abren y cierran el año en que Felipe Calderón
desató funestos procesos que tienen al PAN en su más severa crisis: fuera de la
Presidencia de la República, con un famélico número de militantes que pone en
riesgo su legalidad como partido nacional, repudiado por la ciudadanía y con
sus dirigentes sumidos en el desprestigio.
Siempre estaré orgulloso de haber brindado al PAN las mayores
victorias de su historia. Pero si triunfamos como nadie pudo antes y como nadie
ha podido después fue porque no teníamos como tesis el "haiga sido como
haiga sido", sino "la congruencia da resultados". Esto no es una
apreciación subjetiva, pues la fría estadística lo afirma.
El tiempo probó que tuve razón al advertir que si el partido que
fue el más limpio y democrático de la historia no corregía las prácticas a las
que le obligó Calderón, terminaría como hoy está: dependiendo de que el
gobierno lo cobije y muy lejos de que la sociedad le vuelva a dar un voto de
confianza. Hubo quienes ignoraron dicha advertencia y se allanaron ante el
sabotaje de Calderón, del cual ahora todo México ve las consecuencias.
Manuel Espino Ex
presidente nacional del PAN.
Inundaciones en Tabasco: una
lección dolorosamente aprendida
En 1999 Tabasco padeció la primera gran inundación de un nuevo
ciclo de desbordamiento de las aguas que escurren por nuestro territorio.
Posteriormente, en el año 2007, se registró otra grave inundación que dañó
especialmente a Villahermosa. Del 2008 al 2011 la entidad sufrió en forma
recurrente los estragos por el descontrol de varios de los ríos que la
atraviesan. Si bien a través de los denominados, sucesivamente, Programa
Integral de Control de Inundaciones (PICI) y Plan Hídrico Integral de Tabasco
(PHIT) se han registrado algunos avances, todavía falta mucho por hacer.
Los siniestros de la naturaleza que han golpeado a Tabasco han
hecho aflorar problemas tanto de manejo de las presas en la cuenca Mezcalapa Grijalva
como del desorden en el uso del suelo y de insuficiencias y deficiencias en las
capacidades técnicas y administrativas de las instituciones responsables del
manejo del agua.
Desde que asumí el cargo de gobernador propuse varias líneas de
acción:
El establecimiento de un auténtico programa integral para el
manejo del agua. Replantear a fondo el trabajo de la Conagua en el estado para
que nunca más haya, en materia de protección contra las inundaciones,
ciudadanos de primera y de segunda. Cumplir las recomendaciones de la CNDH en
lo que tiene que ver con protección civil y el reordenamiento urbano y
territorial.
Permanecer atentos al manejo de las presas participando
activamente en la instancia establecida para ello. Insistir ante la CFE en el
reclamo de todos los sectores sociales de Tabasco para revisar adeudos y fijar
tarifas preferenciales.
Arturo Núñez Jiménez
Gobernador de Tabasco.
2008
La tortuosa reforma del crudo La reforma energética de 2008
trascendió y tuvo impactos muy importantes en diversas áreas así como insuficiencias
en otras. Políticamente fue la reforma más debatida, a fondo, con pluralidad absoluta
de la LX y LXI legislaturas. En lo social contribuyó a que los mexicanos
conocieran más de un tema muy importante para el país. En lo energético contribuyó
a detener la caída de la producción petrolera que estaba en franco y acelerado
deterioro. Caminó por el camino correcto, aunque no dio todos los pasos
necesarios.
Logró reducir la carga fiscal de Pemex permitiéndole invertir más.
Creó la Comisión Nacional de Hidrocarburos, un sistema para impulsar la
investigación tecnológica en energía y la formación de profesionales. Creó una
nueva forma de realizar los contratos, reduciendo los vicios del contratismo y
un tratamiento fiscal especial para los campos maduros a fin de impulsar la
producción petrolera.
Algunas de sus limitantes son intrínsecas y otras fueron
decisiones de gobierno. Ejemplos: los derechos petroleros se redujeron al 71
por ciento del valor de la producción, pero el gobierno no aceptó deducir los
costos reales. Se creó la CNH como instrumento técnico para regular a Pemex y
para su funcionamiento se destinaron 300 millones de pesos; pero el gobierno
nunca se los dio. Del fondo para impulsar la tecnología se usó menos del 10 por
ciento. Se buscó crear un gobierno corporativo, igual que existe en Petrobras o
Statoil. Se acabó creando sólo los consejeros profesionales, cuyos
nombramientos se partidizaron.
Se usaron muy poco los contratos incentivados y la explotación de
los campos maduros, que tienen un gran potencial.
Francisco Labastida
Ochoa Senador de la República (LX y LXI Legislaturas).
Impactos privatizadores de la reforma energética
El modelo privatizador y desnacionalizador de la "reforma
energética" de 2008 se resume en tres elementos: 1) Privatización de los
objetivos de la industria energética nacional; 2) Privatización de sus
estructuras; y, 3) Privatización de los instrumentos de operación.
Los objetivos de la industria petrolera nacional, violando la
Constitución, se privatizaron: las reformas asignaron a Pemex y a los nuevos
organismos creados, características corporativas, de empresa privada. Se diluyó
el carácter público de Pemex, homologando sus objetivos y la de todos los
organismos del sector a los de las empresas privadas, con visiones de corto
plazo, cuya finalidad principal es extraer y vender petróleo con la mayor rapidez
posible para "maximizar la ganancia", en lugar de que Pemex
mantuviera su naturaleza de empresa pública.
En síntesis, la reforma de 2008, significó un paso más en la
demolición de los mandatos de los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, que
establecen que la nación es la propietaria de los hidrocarburos, que éstos en
exclusiva deben ser explotados por el Estado a través de sus organismos
públicos. Esta demolición programada se ejemplifica por afirmaciones recientes
de analistas en energía, cercanos al gobierno de Estados Unidos, como Joseph M.
Dukert, que en la Woodrow Wilson señaló: "...el movimiento hacia la
implementación de una cooperación energética de Norteamérica es como una
escalera, podemos avanzar un poco, pero una vez que lo hacemos, es imposible
regresarnos". Así, sistemáticamente, se va penetrando en el control de los
recursos energéticos para eliminar los niveles de independencia de nuestro país
y subordinarnos a una política energética hegemónica. Enrique Peña Nieto se
propone, en acuerdo con Estados Unidos, concluir este proceso a través de una
reforma constitucional.
Manuel Bartlett Díaz
Senador de la República (legislaturas LVIIILIX y LXIILXII).
'Quiero ser un candidato como Obama'
Ésa se convirtió en la exigencia de muchos políticos mexicanos a
sus consultores y asesores luego de presenciar muchas veces sin entender la
campaña presidencial de Estados Unidos en el 2008. Ser un candidato como Obama
significaba ser diferente: sofisticado pero cercano a la gente; inspirador en
los discursos, audaz con las herramientas de marketing político, financiado por
un aparato gigantesco de pequeñas donaciones y con uso intensivo de redes
sociales y nuevas tecnologías.
Se equivocaron. La de Obama no fue una estrategia ni un asunto de
voluntad. Fue la capacidad de narrar, con gran elocuencia y estilo, la historia
del momento que vivían los norteamericanos en 2008: la necesidad de cambiar el
rumbo económico, recuperar la esperanza, sanar heridas internas y reinventar su
posición central en el mundo. Fueron esas ideas no su ausente plan de gobierno
lo que transformó a la candidatura de Obama de una organización partidista y
electoral en un movimiento ciudadano que reunió a nuevas mayorías. Ésa es,
quizás, la gran contribución de la campaña de Obama en 2008: poner en el centro
de las vacías y mediatizadas contiendas electorales ideas poderosas a las que,
como dice Víctor Hugo, les había llegado su tiempo.
Zoé
Robledo. Analista
político.
2009
La crisis de la Influenza
En abril de 2009, México se estremeció al darse a conocer la
presencia de un virus desconocido. De inmediato, la comunidad científica
internacional señaló que podía ser el brote de gripe aviar que los expertos
esperaban desde hacía algunos años: un virus con el potencial de provocarle la
muerte a una de cada dos personas contagiadas. Bajo este escenario, se declaró
una alerta epidemiológica que implicó la suspensión de numerosas actividades en
todo el país y la adopción de medidas de higiene para evitar contagios.
Asimismo, se puso en marcha una política de comunicación para sensibilizar a la
población de la importancia de acudir al médico y no automedicarse. Gracias a
estas medidas, el brote de lo que después se denominó pandemia AH1N1 disminuyó
en un par de semanas y se logró mantener bajo control.
A pesar de la crítica de que las autoridades sobrerreaccionaron,
ocasionando un deterioro económico, se ha documentado que las medidas fueron
las adecuadas e incluso motivaron reconocimientos de la comunidad internacional.
Destacan dos grandes lecciones. La primera, es la enorme capacidad
de reacción de la sociedad: millones de mexicanos adoptaron medidas para evitar
contagios, como el estornudar correctamente y el adecuado lavado de manos. La
segunda, el fortalecimiento de la capacidad de vigilancia epidemiológica y
reacción ante contingencias del sector salud. Hoy México cuenta con mejores
armas para enfrentar los retos que nos depare el futuro. La epidemia nos dio
lecciones y nos hizo más fuertes.
Daniel Karam Ex director
del IMSS.
Voto nulo: protesta efectiva
En 2009 la noticia de que el voto nulo había alcanzado un millón
300 mil sufragios nos sorprendió hasta a los propios promotores. En el Distrito
Federal ocupó el cuarto lugar y en Jalisco el tercero. A pesar de las críticas
por la sobrerrepresentación que ocasionaba para partidos que llevaban ventaja,
es innegable que, a partir de esta desaprobación al sistema privilegiado de
partidos, se fortalecieron movimientos y organizaciones que hoy impulsan la
ampliación de derechos políticos para los ciudadanos. Se conformó la entonces
llamada Asamblea Nacional Ciudadana para empujar una reforma política que tenía
como bandera tres aspiraciones: democracia participativa, transparencia y
rendición de cuentas en todos los ámbitos electorales (la reelección y la revocación
de mandato como una herramienta de contrapeso), así como reducción de recursos
para partidos. Hasta ahora hay resultados reflejados en la Constitución que
incorporan mecanismos de participación ciudadana a nivel federal: Consulta
Popular, Candidaturas Independientes e Iniciativa Ciudadana. Pero quedaron en
el tintero transformaciones indispensables. La protesta del voto nulo no bajó
la guardia en 2012, y superó los votos obtenidos por Gabriel Quadri, candidato
del Panal a la Presidencia de la República. Ciudadanos y grupos de la sociedad
civil siguen luchando porque los cambios sucedan, no sólo con protestas
pacíficas y creativas, sino con propuestas que plantean a detalle cómo deben
regularse los cambios obtenidos y los que están por venir.
Maite Azuela Analista
política y activista social.
2010
Bicentenario: sombrío y
desangelado
La victoria alada, o el ángel como le solemos decir en nuestra
cultura androcéntrica y religiosa, luce desolada. Faltaba un año para la
celebración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la
Revolución y todavía no se tenía claro qué se iba a hacer. Había habido
diversos encargados de coordinar los festejos y varios programas, sin que se
concretara nada. Finalmente unos monigotes desfilaron frente a Palacio Nacional
la noche del 16 de septiembre y se construyó, con enorme demora, un cuestionado
arco vertical, que costó lo que un rascacielos. Son los símbolos de un
estruendoso fracaso que nadie deseaba. Si tan sólo se hubiera construido un
edificio para albergar con seguridad y dignidad el patrimonio documental de
México, que sigue aprisionado en el palacio negro de Lecumberri, la celebración
no habría sido fallida y desangelada.
Don Porfirio aparecía resplandeciente durante las apoteósicas
fiestas del Centenario de la Independencia que trajeron a México 32
delegaciones de las principales potencias del mundo. La dictadura del orden y
progreso, con poca política y mucha administración, tuvo a tiempo obras de
infraestructura y monumentos conmemorativos que hoy son referentes en el
paisaje urbano del país. Pero no todo fue felicidad. Los indígenas no pudieron
disfrutar las fiestas porque se les prohibió caminar por el Paseo de la Reforma
para no afear el panorama a los visitantes extranjeros. Para impresionar a las
elegantes delegaciones extranjeras hubo lujosas cenas y bailes, y un garden
party en Chapultepec. Poco duraría el gusto: el 20 de noviembre estalló la
Revolución y en mayo siguiente don Porfirio saldría a un exilio del que nunca
regresó. El Bicentenario contrastó con el escenario porfiriano porque sólo nos
dejó un monumento del que nadie pude sentirse orgulloso; pero coincidió en que
México sigue sin remediar la pobreza.
La victoria alada, enjaulada, muestra las vicisitudes de la vida
nacional a 200 años de haber iniciado la lucha insurgente, aprisionada por la
pobreza, la mala distribución de la riqueza, los monopolios y la falta de
crecimiento. Nos recuerda que la independencia no se da de una vez y para
siempre, sino que por ella se debe luchar siempre. Sabemos que en un mundo
globalizado hay interdependencia entre los diversos países, pero la
independencia alimentaria es esencial para cualquier nación. Además de la
inequidad social, la situación en 2010 no fue propicia para estar de fiesta,
sino más bien de luto. El pueblo mexicano, como su ángel, estaba aprisionado
entre la inseguridad y la muerte, entre la pobreza y el miedo.
Patricia Galeana
Historiadora.
Bicentenario: aciertos y
errores
Para poder evaluar las conmemoraciones históricas del 2010, lo que
se hizo y lo que no se hizo, debemos ir más allá del asunto de la llamada
"Estela de Luz". Rechazo sus oscuridades administrativas y su falta
total de contenido histórico. Sobre todo esto último: algún día se purgarán o
caducarán los delitos y faltas administrativas a que dio lugar, pero nunca
podremos identificarla con nuestras efemérides históricas, pues carece de
cualquier signo o alusión al respecto.
Dos lecciones y un reto nos dejaron los aciertos y errores del
2010: debemos preparar debidamente la ya próxima conmemoración del 2017, para
que se haga buena difusión sobre qué es y cómo se hizo nuestra Constitución; en
caso de que se insista en hacer una obra de arquitectura cívica, ésta debe
tener un claro contenido histórico (sugiero una estatua sencilla y digna de
Venustiano Carranza en las proximidades de la Cámara de Diputados, pero no en
su interior); que la conmemoración sea otra vez crítica y plural, democrática,
sin solemnidades ni apropiaciones históricas con fines políticos.
Veo con enorme preocupación la propuesta de algunos intelectuales
y dirigentes de movimientos de la "sociedad civil" para que la Estela
de Luz sea convertida en un homenaje "a los 70 mil muertos". Cuidado:
sabemos que la inmensa mayoría de éstos murieron por enfrentamientos entre
bandas rivales del crimen organizado. Los muertos provenientes de los
diferentes cuerpos militares y policiales alcanzan una cifra ya apreciable pero
todavía muy minoritaria. Lo mismo puede decirse de las dolorosísimas e
inaceptables "muertes colaterales". Pero cuidado: sería un homenaje a
gente que mayoritariamente murió en acciones delictivas. Sería gravísimo pasar
de un edificio marcado por la corrupción y la falta de significado, a uno
definido por la irracionalidad histórica, la aberración moral y la total
desorientación política.
Javier Garciadiego
Dantan Presidente de El Colegio de México.
2011
Redes sociales y activismo
social
Con el paso del tiempo las redes sociales han demostrado lo que
prometían: reducir los costos de comunicarnos en público. Hoy son pocas las
manifestaciones o protestas que no tocan en algún momento a las redes sociales.
Aunque es más barato que nunca mover información, no por sí sola produce
movilización. Vuelvo a ver el papel que éstas tuvieron durante la elección
presidencial, y me sorprendo una vez más de cómo nadie pudo haber imaginado
esas protestas masivas y descentralizadas un par de años antes. Las movilizaciones
políticas previas al #YoSoy132, basadas en redes sociales, en retrospectiva
parecen menores frente a lo que esta movilización significó. Pensándolo bien,
el #YoSoy132 sólo nos mostró el tamaño de la puerta. Por ahí cabe mucho más. Un
día parecerá menor. Estoy seguro de que ahora no podemos imaginar ni los
motivos, ni el momento de otra gran movilización en donde la información
distribuida por redes sociales juegue un papel fundamental. Sería ingenuo
pensar que en nuestro país, con los problemas que siguen existiendo, con los
obstáculos cotidianos a la denuncia de injusticias, con la cantidad de gente
que encuentra motivos de insatisfacción, las redes sociales no vuelvan a
reventar el espacio en donde sucede la discusión pública, para hacerlo más
amplio.
Andrés Lajous Analista
político.
El fracaso de la 'guerra'
La estrategia de Felipe Calderón contra el crimen organizado
fracasó, porque la ruta de la violencia generó dolor y una tragedia humanitaria
en la que había violaciones a los derechos humanos agregadas a los crímenes de
la delincuencia organizada y del narcotráfico, y eso es lo que no quería asumir
el gobierno.
Los Diálogos por la Paz eran algo que el país necesitaba. Haber
puesto el dolor, la tragedia humanitaria en el centro de la conciencia del
país, la necesidad de asumir el compromiso de Estado frente al crimen porque
haber enterrado a las víctimas en la fosa común de la criminalización es un
crimen de Estado y la Ley General de Víctimas fueron avances, el problema es
que lentamente se fueron traicionando los acuerdos.
Por desgracia no hemos visto justicia: la ruta de la violencia
continúa, los muertos siguen, los desaparecidos siguen y la justicia continúa
siendo un serio problema en el país, aunque hayamos visibilizado a las víctimas,
aunque hayamos construido la Ley de Víctimas y aunque el Estado haya asumido la
deuda.
Porque hay que recordar que las víctimas lo que necesitan es
justicia. Las madres o padres de desaparecidos necesitan ver a sus hijos, saber
qué paso con ellos, y eso es lo que no vimos en la administración pasada, y es
lo que no estamos viendo en la actual administración.
Javier Sicilia Poeta,
dirigente del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
2011 Gobernar, ¿para qué?
El análisis de los distintos momentos de la democracia acceso,
ejercicio y rendición de cuentas no deja lugar a dudas sobre la importancia y
necesidad de que los ciudadanos tengan conocimiento e información sobre la
oferta política y los proyectos de gobierno de los aspirantes a gobernar.
En materia de acceso al poder, la democracia tiene un principio
tan simple como indispensable: la posibilidad de que los votantes puedan optar
entre dos o más proyectos de gobierno. Sólo conociendo las ofertas políticas y sus
diferencias se puede emitir un voto razonado. Votar con conocimiento de causa
conduce a la siguiente etapa: observar el cumplimiento del proyecto de gobierno
una vez que se ha llegado al cargo y se ejerce el poder. Otra vez, sólo con
conocimiento e información, el ciudadano estará en posibilidad de evaluar si el
candidato convertido en gobernante ha sido responsable en el cumplimiento de la
oferta política. Finalmente, sin este ejercicio de evaluación que parte del
conocimiento inicial de los proyectos de gobierno y su grado de cumplimiento es
imposible llamar a cuentas al gobernante. La rendición de cuentas que cierra el
círculo democrático sólo puede tener lugar si existe el punto de partida de la
promesa democrática.
Conocer, pues, los proyectos de gobierno es precondición de la
democracia y también de su calidad. La cadena causal es clara: el conocimiento
de los proyectos alternativos da sentido al ejercicio democrático, es punto de
partida para evaluar el desempeño de quienes ejercen el poder y condición
necesaria para llamarlos a cuentas.
María Amparo Casar
Politóloga del Centro de Investigación y Docencia Económicas.
2012
#YoSoy132: la irrupción
Emergió en un momento en que nadie lo esperaba, pues la
resignación era la marca impresa en la ciudadanía; hasta el cansancio los
"formadores" de opinión pública nos atosigaban, en sus artículos y
columnas, sobre el inminente regreso del PRI; pasaban las semanas y las
encuestas seguían inamovibles.
Y de repente, como brisa fresca, la rebeldía salió a la calle
desde el lugar menos pensado, y logró de forma vertiginosa, en un brevísimo
tiempo, lo que la lucha social en general pocas veces tuvo: la atención de los
grandes medios de comunicación y, encima, sobrevivir durante el periodo
electoral.
Con ello tuvo la capacidad de darse un quién vive con las fuerzas
políticas de este país. Pudo combatir a la maquinaria de Estado, al rancio
corporativismo, a la frivolidad general de la clase política. En tan sólo dos
meses contrajo las cifras electorales.
Pero fue más allá, en un momento en que en este país ser joven era
un sinónimo de apatía e inacción, con los "juvenicidios" en creciente
aumento, el desempleo empujando a miles al desplazamiento económico, a vivir
eternamente de becas si se tiene suerte, recurrir a la informalidad o de plano
ser carne de cañón de la violencia.
Fue esa juventud la que provocó un sismo en el corazón de miles,
propagó la semilla de que es posible dejar atrás nuestra condición de sombra
borrosa de la vida pública y que nuestros sueños pueden incidir, ser
posibilidades de cambio. Ese es el verdadero logro del #YoSoy132, más allá de
debates, conciertos o marchas multitudinarias.
No impidió la llegada del PRI a Los Pinos, pero le hicimos ver a
la clase gobernante su vulnerabilidad.
Gisela Martínez
Estudiante de la Universidad Iberoamericana.
PRI: regreso y Pacto
Doce años de fracasos no dejaban mucho margen de opción a los
electores. De la ilusión por un cambio que implicara una nueva forma de ejercer
el poder se pasó al desengaño. La corrupción no amainó y, en contraste, la
ineptitud sí aumentó. La decisión de regresarle el poder al PRI la tomó una
sociedad en cuyo voto influyó más el hartazgo que la esperanza. El retorno del
PRI no equivale a una restauración porque en los dos sexenios pasados la
estructura del poder siguió incólume y los estilos políticos tampoco variaron.
El personalismo y el patrimonialismo siguieron siendo los ejes del ejercicio
del poder. Tampoco habrá restauración en el sentido de que vuelva a haber un
partido hegemónico. Tendría que producirse el colapso de la democracia para que
desapareciera el pluralismo político en México. Hay otros riesgos; uno de ellos
consiste en que el PRI pierda el sentido de la realidad y considere que está de
regreso por los méritos propios y no por los errores ajenos.
México es un país institucionalmente estancado. El nuevo gobierno
arrancó con un pacto promisorio. Sin embargo, para comprometer a todas las
fuerzas políticas y para protegerlo de las vicisitudes de la política cotidiana,
el Pacto por México debió ser sometido a la deliberación y aprobación del
Congreso. No se hizo y eso lo dejó como un entendimiento volátil. En tanto que
es un acuerdo sólo entre dirigentes, que no se institucionalizó, está expuesto
a seguir la suerte de sus suscriptores. No todos ellos permanecerán
necesariamente durante seis años en el control de sus respectivos aparatos de
poder. Cuando los liderazgos cambien, los nuevos actores podrían renegociar
posiciones y condiciones. Por eso la opción más recomendable es acelerar el
paso y consolidar uno de los cambios previstos por el Pacto: un sistema que
institucionalice las coaliciones de gobierno. El Pacto contiene las claves de
su futuro; sería una paradoja que sus propios autores no las descifraran a tiempo.
Diego Valadés Académico
del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
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