Septiembre en Chiapas

Septiembre en Chiapas

sábado, 30 de julio de 2011

Palabras del Diputado Zoé Robledo, a nombre de los Tres Poderes del Estado, con motivo del Bicenteneario del Aniversario Luctuoso de Don Miguel Hidalgo y Costilla.


Miguel Hidalgo y Costilla es una presencia poderosa en nuestra historia, en nuestra vida, en nuestra patria; es una presencia activa y enérgica.

Hidalgo es  el emblema de la independencia de México, el sinónimo de libertad y justicia pero también de visión y transformación.
Su revolución, la revolución de Independencia  que inició en 1810, es movimiento continuo, permanente, nutrido de ideas,  no concluye en tanto que la libertad y la justicia se construyen y se mantienen día con día.

Cada 15 de septiembre, nos referimos a la proclama heróica de Don Miguel Hidalgo; a su convocatoria a cambiar los referentes de su tiempo, a transformar el mundo conocido y poner la semilla de una nueva nación que durará por siempre.

Hoy, en el bicentenario de su muerte, nos alimenta el ejemplo del gran hombre,  del perseverante promotor social, del reformador de su tiempo, del emancipador garante de la dignidad.

Hoy recordamos al otro Hidalgo, al hombre de la inteligencia libertadora.

Al Hidalgo que abolió la esclavitud, 

Al Hidalgo que creyó que la Independencia era la apuesta más importante en la libertad.

Al Hidalgo que declaró a San Miguel El Grande, como el primer ayuntamiento libre de América, recordando que el poder ha de regresar siempre al pueblo.

Al Hidalgo que  devolvió las tierras a las comunidades indígenas porque decía, que el poder político debe estar en manos de la comunidad.

Al evocar su memoria, es justo recordar que la independencia nos hizo libres pero no iguales.

La grandeza de Hidalgo divide nuestra historia, constituye el parteaguas. Hay una historia anterior a él, recia y significativa y una posterior, sólida y relevante.

A partir  de entonces, la gran tarea fue crear leyes y erigir instituciones, acercarnos a nuestro anhelo de igualdad.

Pero también la gran tarea fue forjar destinos y construirnos un rumbo propio como nación soberana.

La imagen, el legado y las acciones transformadoras de Don Miguel Hidalgo, los tenemos presentes en Chiapas. Son referentes y guía.

Su ejemplo libertario, humanista, reivindicador de la dignidad, recorre nuestro tiempo y nuestra geografía, habita  en la convicción de los chiapanecos.

Somos un pueblo que quiere vivir con menor desigualdad, con más certeza en los derechos humanos, con más poder en el pueblo, con una plena equidad de género.

Hoy, lo digo con convicción, Chiapas está atendiendo su  deber con la justicia, al construir y hacer valer el andamiaje  más amplio de salvaguarda de derechos que haya existido en nuestro estado.

Hidalgo transformó su anhelo en una nueva nación.

En Chiapas nuestros esfuerzos se traducen en la construcción de un nuevo Estado, un nuevo estado de reglas democráticas, de sólidas instituciones republicanas, de prevalencia de los derechos.

En los últimos años, con el liderazgo y conducción del Gobernador Juan Sabines, con el concurso y colaboración de los poderes del estado, y con la participación plural y multicultural de la sociedad,  se ha configurado una auténtica Reforma del Estado.
Somos un nuevo Chiapas, somos el Chiapas del Siglo XXI. Somos el Chiapas de los derechos humanos, somos el Chiapas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, somos el Chiapas de menor pobreza, somos el Chiapas del fin del arraigo.

Somos un estado con muchos retos aun, pero sin duda, somos el Chiapas más libre e independiente de nuestra historia

Hoy, la transformación social defendida por Hidalgo, toma forma en nuestra tierra  y se expresa como una profunda Reforma del Estado; y como él,  con inteligencia libertadora, ensanchamos las libertades ciudadanas, y vigorizamos  nuestra democracia.

La reforma del Estado hoy en Chiapas hace que el Estado sirva al hombre.

La obra humana y trascendente de Hidalgo, su inteligencia libertadora, no hubiera dado cimiente a una nueva nación sin un elemento que la cristalizara, que la hiciera poderosa: la dignidad.

Dignidad que acompaño a Hidalgo hasta su último día.

Señoras y Señores

En un día como hoy, un 30 de julio, Miguel Hidalgo y Costilla amaneció tranquilo, incluso un poco bromista. Antes de partir al paredón,   pidió  le llevaran los dulces que había dejado en la capilla, se los entregó a los soldados que habrían de hacerle fuego, mientras les decía:
“La mano derecha que pondré sobre mi pecho, será, hijos míos, el blanco seguro al que habéis de dirigiros”. Siguió su marcha rezando un breviario que llevaba en la mano derecha, mientras con la izquierda sostenía un crucifijo.

Hidalgo besó el banquillo colocado cerca de la pared, se negó a sentarse de espaldas y entregó su breviario y el crucifijo. Le ataron las piernas a la silla, le vendaron los ojos y se colocó la mano al pecho.

El pelotón tuvo que hacer tres descargas para acabar con su vida.

A 200 años de ese día, Hidalgo sigue aquí, con nosotros, su presencia se refleja en las palabras que el poeta chiapaneco José Falconi le dedica  en su poema de 1953 “Padre Hidalgo”

Padre de nuestra Patria,

hijo del sacrificio,

tus contornos de amor

son infinitos.

Tu imagen, dimensión de patria,

desde los horizontes más limpios

se levanta.
Don Miguel Hidalgo y Costilla, a la distancia de dos siglos de tu paso a la inmortalidad, los tres poderes del Estado de Chiapas, recordamos tu vida, abrazamos tu ejemplo y con hechos, continuamos tu obra.

Muchas gracias

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