Posicionamiento sobre la Ley General para la Prevención y Atención del Desplazamiento Interno que presenté este martes 18 de diciembre |
Con el permiso de la presidencia
Compañeras y compañeros legisladores
En nuestro país, existe un amplio consenso entre la sociedad,
las distintas fuerzas políticas así como las instituciones del poder público
por fortalecer la salvaguarda de los derechos humanos, particularmente de los
sectores más vulnerables. Durante los últimos años, importantes reformas se han
realizado en el marco jurídico Nacional, un claro ejemplo de esta afirmación es
la reforma publicada en el Diario Oficial de la federación el 10 de junio de
2011, relativa a la nueva conceptualización de los Derechos Humanos en nuestro
orden jurídico nacional.
Por este motivo resulta preocupante que no exista un marco
normativo nacional que regule las políticas y acciones de atención al
desplazamiento interno de la población; ya que se trata de un fenómeno
sociodemográfico que afecta los derechos fundamentales de los individuos y
comunidades, el cual se ha incrementado en los últimos años en diversas
entidades federativas de todo el territorio nacional.
Mediante el impulso de esta ley, se busca brindar atención a las
personas y grupos que sufren este tipo de desplazamiento, el cual es una forma
de migración que se caracteriza por ser involuntaria o forzosa que obliga a las
personas a huir de sus hogares por un temor fundado de una amenaza directa e
inmediata a la vida, seguridad, libertad o bien porque han sido objeto de
violaciones graves a sus derechos humanos.
El desplazamiento interno, según datos de la oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ha afectado a
27.5 millones de personas en el mundo, mientras que hay 16.2 millones de
refugiados, víctimas de desplazamientos internacionales.
En México no tenemos cifras oficiales de las personas que viven en estado de desplazamiento, pero según datos del Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos de Noruega, publicados el 19 de abril de este año en su “Reporte Global de Desplazados Internos” se advierte que en México suman 160,000 personas de las cuales 26,500 tuvieron que abandonar sus hogares el año pasado.
Según ese mismo reporte, los estados con mayor número de
desplazados debido a la violencia son Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas,
Sinaloa, Michoacán y Veracruz. Sin embargo, los estados de Guerrero y Oaxaca
también registran un gran número de desplazados debido a conflictos entre
comunidades indígenas. Mientras que Chiapas aún tiene 20,000 indígenas
desplazados por dichas causas y el conflicto zapatista.
La afectación que genera este fenómeno migratorio a los derechos
humanos es tan grave, que se considera de particular interés prevenir y en su
caso atenderlo. No es para menos, se trata de un problema en el cual las
personas se ven obligadas a huir y abandonar su residencia habitual para salvar
su vida, dejando todo lo que tienen atrás.
Es un deber del Estado, garantizar la seguridad personal, familiar
y patrimonial, así como velar por la posibilidad de gozar plena y absolutamente
de los derechos fundamentales de todo ser humano, en cualquier circunstancia. Esta
ley busca subsanar esa deuda que el Estado mexicano ha adquirido en los últimos
años con sus habitantes.
Sin duda se trata de un problema que no es menor y que
lamentablemente se ha incrementado en nuestro país por diversas causas. En
Chiapas hemos padecido el desplazamiento interno desde hace muchos años y hemos
tomado medidas para prevenirlo, atenderlo y minimizarlo. La intención de la
presente iniciativa es dotar de un instrumento de coordinación a los tres
órdenes de gobierno, para abatir el problema y responder a las necesidades de
los habitantes de nuestro país, al tenor del marco constitucional vigente.
Para su presentación, esta iniciativa se nutre de distintas
propuestas en la materia; de la normatividad internacional; de la Ley que se publicó
en Chiapas en febrero de este año y su rica experiencia derivada de los
distintos foros y trabajos de organizaciones sociales y académicas en
contribución con distintas agencias de las Naciones Unidas como el Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo, la oficina de Naciones Unidas contra la
Droga y el Delito y la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Refugiados (ACNUR) que le dieron origen; así como del numeral 30 del “Pacto
por México”, el cual propone ejecutar una política migratoria que defienda la
decisión de migrar como un derecho humano.
Esta iniciativa es un reflejo de nuestro compromiso con los
derechos humanos y con la perspectiva de legislar de conformidad con la
realidad y necesidades de nuestros representados.
Muchas gracias
Es cuanto senador presidente
Sen. Zoé Robledo A.
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