Septiembre en Chiapas

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miércoles, 12 de marzo de 2014

Luis Villoro. Saber... ¿Para qué?




**ZOÉ ROBLEDO

El Heraldo de Chiapas
12 de marzo de 2014





Luis Villoro fue un filósofo que trasladó sus búsquedas filosóficas del conocimiento del hombre más allá de lo físico a la historia. Una y otra vez se refiere a la historia como una interacción de los tiempos, en la que el pasado y el presente se convierten en instrumentos para entender al ser humano. Una y otra vez se refiere al conocimiento como una razón de ser, como un recurso que debe utilizarse para construir un entorno del hombre presidido por propuestas humanistas. Es decir, el pensamiento del hombre sobre el hombre mismo debe contener una finalidad.

Su noción de la filosofía le permite llevarnos de la mano para diferenciar el conocimiento y las creencias. Para diferenciar la ciencia de la sabiduría y para decirnos que la filosofía es sustancialmente una búsqueda general -abstracta- que nos ejercita para otras búsquedas más relacionadas con la vida cotidiana. Mientras más razonemos sobre lo general, mayores alcances tendrán nuestras capacidades para entender lo particular: sobre todo para evaluar lo que tenemos en el escenario que nos rodea de manera más directa.

Luis Villoro examinó de manera exhaustiva el pensamiento renacentista. Nos situó en los siglos XVI y XVII como los de la gran modernización en el pensamiento; pero también nos habló de los antecedentes y nos llevó a concluir que en las etapas de la historia no podemos hacer cortes temporales exactos. Nos habla del pensamiento medieval que pudo dar paso al Renacimiento, pero siempre y cuando el pensamiento en la Edad Media tratara de romper con los esquemas inamovibles de origen teológico. Santo Tomás, por ejemplo, plantea una nueva visión del mundo cristiano, pero no rompe con el esquema teológico tutelar; por eso mismo solamente se le puede considerar un antecedente en los cambios renacentistas, pero no es en sí una propuesta filosófica del Renacimiento.

En algunas de sus reflexiones sobre la historia mexicana se ocupa de la etapa independentista. Comienza por describir a los protagonistas de la ruptura con la corona española. En el principio se buscaba un reacomodo, pero ello no fue posible dadas las circunstancias críticas de la Península. Por eso mismo, en lugar de una reforma en las relaciones de España con el reino (así era formalmente, la Nueva España era un reino) de lo que hoy es México, se pasó a una guerra por la separación novohispana con respecto a la metrópoli.

Hay, para Villoro, algunas expresiones del movimiento independentista que pretenden cambios en la estructura social. Son los mestizos y algunos criollos progresistas quienes las encabezan y plantean una orientación social en los cambios. Para esta corriente, se debería terminar con los privilegios no solamente de los peninsulares, sino también con los de los criollos y mestizos. De la misma manera se plantea disminuir el poder de los corporativos, tales como la iglesia y los militares que ya comenzaban a convertirse en un factor de preocupaciones.

Por supuesto, estas aspiraciones populares -hoy diríamos progresistas- no prosperaron porque cambiaron los actores del movimiento o simplemente algunos modificaron sus opiniones y el sustrato progresista del movimiento terminó por diluirse. Al final, la Independencia perdió sus esencias reivindicadoras y se redujo a una simple separación respecto a España. Es decir, se impusieron los intereses de la oligarquía formada por los criollos, los mestizos y algunos caudillos de la Independencia que ascendieron políticamente. Lo importante, en lo que se refiere a Luis Villoro, es que el pasado -el acontecimiento independentista y sus modalidades- fue decisivo en los pasados más recientes e, inclusive, para el presente de nuestro país.

En sus consideraciones sobre el presente, Villoro se refiere al asunto de Chiapas y nos indica que el movimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional no sólo debe ser una búsqueda de reivindicaciones étnicas, sino también un paso hacia la democracia multiculturalista, en la que los intereses, las causas, las percepciones y las formas de gobierno de los pueblos indios deba tomarse en cuenta.

México es un país que debe inscribirse en la democracia, pero esta modalidad de gobierno debe incluir nuevas formas de participación de los distintos grupos sociales. Debe trazarse objetivos nacionalistas y de reivindicaciones sociales. Sin embargo, consideraba que no se puede destruir a las instituciones, sino adecuarlas a las nuevas circunstancias con una orientación progresista. Para la gran tarea nacional no se requiere del ingrediente violento -por lo menos así lo asume en uno de sus ensayos en el libro "México hoy"-sino de un consenso entre los sectores sociales estratégicos, incluido el sector pensante y progresista del gobierno.

Estos son algunos trazos en torno al pensamiento de Luis Villoro, un filósofo de nacionalidad española y de vocación mexicana. Es un filósofo hecho en México, aunque su filosofía sea, como debe ser, universal. Con estos elementos de su obra, pretendo fortalecer la invitación a leerlo y a reflexionarlo. Es un filósofo tutelar del México contemporáneo.



BIBLIOGRAFÍA

Luis Villoro, "La revolución de independencia", en Historia General de México, México, El Colegio de México, 1986.

Luis Villoro, "La reforma política y las perspectivas de la democracia", en México hoy, México, Siglo XXI Editores. 1979-

Luis Villoro, "Filosofía y dominación". Discurso pronunciado en su ingreso al Colegio Nacional. 14 de noviembre de 1978.



**Senador por Chiapas y Presidente de la Comisión de Biblioteca y Asuntos Editoriales.

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