El 23 de diciembre de 1994, la Organización de
Naciones Unidas decidió celebrar el Día Mundial de los Pueblos Indígenas
precisamente el 9 de Agosto. En 2006, la misma ONU promulgó la Declaración
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. En una estimación aproximada,
existen en el mundo 5,000 grupos étnicos, con una población, también estimada,
de 360 millones de personas distribuidas en 70 países.
Cabe hacer un comentario sobre la denominación de
“indígenas” para caracterizar a los pueblos que supuestamente son los
originales en los distintos países de los 5 continentes. En realidad, la palabra “indígena” se
corresponde con “nativo de” y en ese sentido, los alemanes son indígenas, los
suizos son indígenas; así como los ingleses, los noruegos, los guatemaltecos,
los argentinos, los españoles, los franceses y los mexicanos. En suma todos los
habitantes del mundo en sus respectivos lugares de nacimiento.
Tampoco es correcto el uso del término “indio”,
dado que en el caso de América Cristóbal Colón denominó “indios” a los
habitantes de la isla de Guananí (más tarde conocida como San Salvador), sitio
en el que desembarcó el 12 de octubre de 1492 y creyó haber llegado a la India.
Hay, pues un equívoco en el uso de la palabra “indígena” y uno más en “indio”.
Sea como sea, la Organización de Naciones Unidas se
ha acordado de este basto sector de la humanidad, que había permanecido
olvidado durante muchos siglos. Los grupos indígenas, llamémosles así mientras
se corrige el error de denominación, solamente eran recordados en el momento de
conquistarlos, de aislarlos o de extraerles sus riquezas escasas o abundantes.
En muchos casos fue un término para ejercicios discriminatorios y despectivos. En
otros casos, como en América del Norte, se utilizaba para señalar a los
enemigos que deberían combatirse y exterminarse. De todas maneras el término siempre ha sido
incómodo.
En el caso de México, de acuerdo con lo establecido
en nuestra Constitución, somos un país pluricultural, en donde todos los
lenguajes y las costumbres tienen los mismos derechos para existir y para
construir una mejor convivencia. En la
realidad el asunto es distinto, ya que vivimos en un entorno de colonialismo
interno y de discriminación en distintos planos. En México existen entre 65 y
70 grupos étnicos —según la fuente y según el criterio para definirlos— que
agrupan a 65 grupos que hablan 62 lenguas con ejes gramaticales
diferentes. La población indígena
mexicana oscila entre los 10 y los 12 millones de personas.
En Chiapas, la población indígena es del orden de
1.7 millones, que se corresponden con 11 troncos étnicos básicos. De acuerdo
con el número de sus integrantes, los tres grupos étnicos de mayor importancia
son el tzotzil, con 407 mil; el tzeltal con 384mil; el chol con 221 mil; el
tojolabal con 50 mil y el zoque con 40 mil.
Otros grupos son el mame, el lacandón, el kanjobal, el mochó, el
jacalteco, el chuj y el cakchiquel. Los
números se redondearon y existen otros desprendimientos que requieren de una
nueva tipología, la cual está pendiente hasta el día de hoy.
Existe un debate, con distintas intenciones, en
torno a cuál debe ser la convivencia pluriétnica a fin de que la explotación y
la discriminación se vean disminuidas en elcorto plazo y eliminadas en el
futuro. Esta polémica surge desde el
momento mismo de nuestro nacimiento como Nación Independiente y se ha relanzado
a raíz de la rebelión de 1994 en Chiapas.
El acuerdo mayor, al menos teóricamente, fue el de
integrar a todos los mexicanos en una sola identidad; es decir una sola clase
de mexicanos en una sola Nación. Este fue el consenso de la Reforma, que
consideraba a los pueblos indios como “corporaciones” muy ligadas a la
explotación y al engaño en mayor o menor medida relacionado con la fragilidad
de las culturas indígenas.
La otra propuesta es en el sentido de que las
culturas indígenas deben permanecer tal como están y que debe crearse un
régimen jurídico especial para los pueblos indios, de tal manera que los usos y
costumbres pase a ser los ingredientes esenciales de la nueva normatividad.
El debate continúa y debe continuar, pero no debe
substituir a las acciones. Es importante construir una sociedad incluyente, que
incorpore las diferencias y que al mismo tiempo fortalezca a las culturas
locales con los recursos del mundo contemporáneo. Si se fortalecen las culturas
de los pueblos indios, la cultura nacional será fortalecida. Si las partes
tienen energías culturales suficientes, el conjunto nacional será cada vez más
vigoroso.
Estos son temas para reflexionar en este agosto del
Día Mundial de los Pueblos Indios.
Bibliografía
www.onu.org.
11 de agosto de 2014.
Benítez Fernando, Los indios de México. Tomo 1.
México, Editorial ERA, 1969.
* El autor es Senador por Chiapas por el PRD.
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