Septiembre en Chiapas

Septiembre en Chiapas

viernes, 12 de agosto de 2011

El Diputado Zoé Robledo dio un discurso con motivo del Homenaje Luctuoso al Dr. Jan de Vos


El Honorable Congreso del Estado rinde hoy homenaje al Doctor Jan de Vos. Historiador de Chiapas en Chiapas.  Un intelectual nacido en Bélgica y con una estancia en Chiapas que lo convierte en un chiapaneco moral que es, desde hace ya un largo tiempo, un timbre de orgullo para nuestro estado.
Jan de Vos fue un explorador permanente. Recorrió los caminos de la selva y de los Altos de Chiapas. Recorrió también los archivos escritos y los soberbios anaqueles de la memoria en muchos de nuestros pueblos. Diría Borges que Jan de Vos fue un correteador de tierras y de enigmas.
Si alguien lee cualquiera de sus textos, se va a encontrar con una característica que no es muy común entre los grandes pensadores de nuestros días. Jan de Vos escribió con una claridad ejemplar. Su obra es de redacción sencilla y esta es, precisamente, la forma por excelencia para exponer lo profundo. Pensar claramente es hablar y escribir con sencillez. La modestia del lenguaje es el elemento tutelar de  las grandes ideas.
Se agradece a Jan de Vos su visión sobre Chiapas, muy distante de la postal complaciente y del lamento mesiánico.  Él, fue objetivo en su compromiso con el humanismo de su formación religiosa y de científico de la historia. El compromiso humano de Jan de Vos estaba objetivamente sustentado.
Para el intelectual que hoy homenajeamos, no hay premios ni castigos divinos en la Historia de Chiapas. Simplemente hay un desarrollo de seres humanos en todo el sentido de la palabra. Se trata de hombres y mujeres de carne y hueso, que suman su paso por el tiempo y construyen un recuento de hechos que no requiere de pirotecnias. La gran maestra de la historia, para Jan de Vos, es la vida misma.
No fue fácil para Jan recorrer los caminos y mostrarnos el Chiapas real. El Chiapas que fue y es, en nuestro espacio y nuestro tiempo. Con su trabajo nos explicó el Chiapas hecho de saberes y de experiencias. El Chiapas de los sueños y de las vivencias. Nos platicó sobre los mitos y su empatía con la historia. Fiel a la gran tradición humanista de la ilustración —razonada en los términos de Erasmo de Roterdam— de Vos sostuvo que los chiapanecos somos también lo que nos pensamos y nos sentimos.
Tampoco fue fácil para él, transitar por un camino plagado de  radicalismos y  repartos amañados de culpas. A los gritos fariseos, de Vos opuso la reflexión serena. Jan de Vos consideró que en los escenarios revueltos, el mayor activo es el de la mesura.
La sonrisa flamenca de Jan y sus arranques de cólera, nos vienen bien a los chiapanecos. Su sonrisa y su ira fueron siempre expresiones de inteligencia.  La cólera de jean, a diferencia del héroe griego que convocaba a la venganza, Jean de Vos llamaba la paz.
Volveremos a acordarnos de este humanista al leer sus libros. Los que escribió y los que nos heredará de su bien seleccionado acervo.  Volveremos a sentir a Jan de Vos, cuando estemos en la tarea de pensar Chiapas.
Seguramente, él no va a descansar en la paz de Dios o del rey. Descansará con los chiapanecos y volverá a la acción cuando, como hoy, pensemos en Chiapas de manera comprometida.
En el momento de su muerte, de vos había terminado los trámites para hacerse mexicano. En realidad ya lo era y solamente faltaban algunos trámites para serlo legalmente.
Por esa razón, en este soberano Congreso del Estado de Chiapas, fuera de las formalidades, le otorgamos de manera, no solemne, sino afectuosa, la condición de mexicano ejemplar. Le otorgamos la calidad de chiapaneco, huésped permanente de nuestra memoria.
Me es grato anunciarles que en la próxima sesión, se presentará una iniciativa para decretar de manera formal, que el doctor Jan de Vos es ciudadano distinguido del estado de Chiapas.
Ha muerto un chiapaneco libre.  Rindámosle  de manera permanente el homenaje de la libertad. Muchas gracias.

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