Con su
permiso senador presidente
Honorable
Asamblea
Como lo ha expresado la senadora
Ana Gabriela Guevara, desde el pasado 15
de octubre la carava “Liberando Esperanza”
se encuentra en suelo mexicano, como una acción humanitaria en búsqueda
de sus familiares desaparecidos y como un llamado de atención al serio problema
de desapariciones y abusos en contra de nuestros hermanos migrantes .
47 madres provenientes de
Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala
recorrerán la llamada “Ruta del Migrante” a través de 14 entidades hasta
el próximo 3 de noviembre.
Su presencia y recorrido por nuestro país, es una
señal más de que en México, en gran parte de su geografía, están ocurriendo
hechos ominosos a los que solo de manera coyuntural las instituciones públicas
han volteado los ojos, pero que de fondo no se ha encontrado una solución para
atemperarlos .
Durante muchos años oficialmente se
minimizaron o francamente se negó la desaparición de migrantes, su secuestro y
extorsión, incluso el hecho de que de
forma masiva fueran secuestrados y privados de la vida, hasta que las
evidencias se han tornado inocultables.
Simplemente recordemos que el
pasado 4 de octubre, el Padre Alejandro
Solalinde, férreo defensor de los derechos
de los migrantes, denunció el secuestro de 40 migrantes en Medias Aguas,
Veracruz, mismo que la
Procuraduría General de Justicia del Estado negó tener
“reporte o denuncia alguna”.
En las distintas rutas que utilizan
los migrantes centroamericanos, un alto porcentaje de ellos son maltratados por distintas instancias
gubernamentales, vejados en sus derechos y condición de ciudadanos y más aún son víctimas de terribles prácticas del crimen
organizado.
De acuerdo con el Instituto para las Mujeres en la Migración, de 2006 a la fecha, esta
terrible situación, lejos de aminorar se ha ido agravando, particularmente en éste
2012, donde afirman “ se registra un
alarmante incremento en las muertes, levantones, la desaparición de migrantes,
su tortura, las detenciones arbitrarias, el secuestro, extorsiones, violaciones
a mujeres y hombres, la venta de órganos, el tráfico y trata de personas –
mayoritariamente mujeres- , las masacres y demás atrocidades.
El Informe Especial sobre Secuestro de Migrantes en
México 2010 de la
Comisión Nacional de los Derechos Humanos documentó 214 casos de secuestro masivo de migrantes de abril a
septiembre del 2010, con un total de 11,333 víctimas, una cifra seguramente subestimada, pues la naturaleza del
delito y la situación de vulnerabilidad de los migrantes impiden conocer con
certeza la totalidad de los casos de secuestro.
Nuestra indignación como mexicanos
por el trato que reciben nuestros connacionales al tratar de cruzar la frontera
con los Estados Unidos es manifiesta y permanente, más aún ante la brutalidad
de corporaciones que han disparado desde suelo norteamericano y asesinado del
lado mexicano a compatriotas en las últimas semanas.
Hoy, esa indignación debe rebasar
fronteras y nacionalidades y pronunciarnos por un trato humanitario para los
migrantes dentro y fuera de nuestro país.
No hay dolor más grande para el ser
humano que la pérdida de un hijo.
La caravana de madres
centroamericanas que en estos días recorre las rutas de los migrantes, es una
llamada de atención a la sensibilidad del pueblo de México y de sus instituciones.
Es un llamado a la conciencia
colectiva de que la inseguridad permea en gran parte de México y que se
exacerba con los más vulnerables.
A nombre del grupo parlamentario
del Partido de la
Revolución Democrática, nos unimos al punto de acuerdo
presentado por la senadora Ana Gabriela
Guevara y el grupo parlamentario del Partido del Trabajo, para convocar a las y
los integrantes de la caravana “Liberando la Esperanza” a considerar
acudir a esta Cámara para exponer sus experiencias, opiniones y propuestas
sobre la problemática de desaparición de sus familiares.
Lo hacemos, convencidos de que ésta
soberanía es sensible no solo al dolor humano de las víctimas y sus familiares,
sino también a la necesidad de emprender acciones institucionales que de fondo
empiecen por reconocer y revertir estas circunstancias.
Es cuanto senador presidente
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